Una pareja de okupas se llevó ayer una sorpresa mayúscula cuando pretendía introducirse en un local para vivir. Sobre el colchón de una cama situado en un bajo del número 3 de la avenida Guillermo Santana Rivero del barrio de La Feria del Atlántico, en Las Palmas de Gran Canaria, los dos jóvenes se encontraron con el cadáver momificado del huésped del inmueble, Alberto Velázquez Santana, quien llevaba desaparecido desde hacía más de tres años y que, según las primeras investigaciones, desde entonces permaneció muerto en aquella sala, sobre el camastro y tapado hasta el cuello por una manta.

Ni malos olores ni tan siquiera la falta de noticias de Velázquez Santana hicieron que los vecinos del bloque intentaran acceder al interior del local. Fue sobre las 14.40 horas de ayer cuando dos personas sin hogar decidieron romper la cerradura de la puerta metálica y entraron para ocupar el domicilio. "Me dijeron que me iban a pagar la comunidad, pero les dijimos que no, que ese local no era nuestro y que no íbamos a recibir ningún pago de ellos", indicó Carlos Dávila, el presidente de la comunidad.

Lo que no sabían esos jóvenes era que el lugar estaba ocupado. "Entramos y cuando llegamos a la cama allí lo vimos", señaló uno de ellos, que prefirió mantener el anonimato. "La chica vino llorando y me dijo que había un hombre durmiendo en el local", agregó Dávila, quien nada más recibir la noticia se personó en el lugar y comprobó que, efectivamente, allí yacía muerto Alberto Velázquez, y de inmediato llamó al Cuerpo Nacional de Policía.

Tres años muerto

Agentes de la brigada de Homicidios acudieron a la citada calle y corroboraron la existencia del cadáver momificado de un hombre que, según las primeras investigaciones realizadas, falleció por causas naturales y llevaba más de tres años muerto. En la habitación hallaron varios productos alimenticios caducados a principios de 2008, y los vecinos de la zona no tenían noticias del finado desde finales de 2007, aunque será la autopsia la que revele cuándo murió este vecino de La Feria.

Sobre las 17.20 horas tuvo lugar el levantamiento del cadáver ante la incredulidad del vecindario que, durante años, ha desconocido el paradero del fallecido, al que nadie pensó buscar en donde pasaba gran parte de su vida, en su propia vivienda.

Sobre los familiares, poco saben los residentes. Algunos apuntaban a que antes residían en el barrio de La Paterna, en donde según los vecinos lo hacía con su mujer y con sus hijos, aunque nadie conoce a ciencia cierta el pasado de Velázquez.