Los vecinos del número 38 de la calle Santa Luisa de Marillac del barrio de Las Rehoyas, en Las Palmas de Gran Canaria, difícilmente olvidarán el día de ayer. El desplome del falso techo de la caja de escalera de su edificio, que presentaba humedades, obligó a desalojar a las 17 personas que residen en el inmueble debido a que tenía daños en la estructura. No hubo heridos, pero a última hora de la tarde tuvieron que ser reubicados en viviendas de familiares y cinco personas tuvieron que dormir en un albergue.

El suceso ocurrió sobre las 13.00 horas de ayer. En ese momento, Soledad Suárez Sánchez, de 81 años y residente en el edificio, se disponía a abrir la puerta de la azotea para recoger la ropa de la lavadora y empezar a tenderla. Justo cuando abandonó la escalera escuchó un fuerte estruendo. "Fue un escándalo, el techo de la escalera se vino abajo", explicó la octogenaria tras lo ocurrido. "Por segundos puedo contarlo", cuenta esta vecina de toda la vida de Las Rehoyas.

Sus hijos y los vecinos que estaban en esos momentos en el lugar fueron los primeros en auxiliarla. La ayudaron a salir de los escombros y bajar a las viviendas inferiores, pero no fue hasta las dos de la tarde, momento en el que llegaron los bomberos y la policía, cuando las seis familias que residen en el inmueble afectado fueron obligadas a abandonarlo y esperar en la calle para ver qué ocurría con sus pisos.

Los bomberos y los técnicos municipales evaluaron los desperfectos. La primera decisión fue el desalojo de todo el edificio debido a que, según fuentes municipales, la estructura presentaba daños. También se constató, según las mismas fuentes, que la zona afectada tenía humedades, probablemente debido a alguna fuga de los bidones de agua que sostenía, aunque serán los pertinentes informes técnicos los que confirmen las causas del derrumbe.

Espera a la intemperie

Mientras, la casi veintena de residentes del inmueble esperaba en la calle para ver qué ocurría con sus pisos. Las noticias que les llegaban no eran buenas. El edificio era acordonado para impedir que sus propietarios accedieran a él debido a los daños que presentaba. Además, se les informaba de que no podrían pasar la noche en sus casas y que tenían que buscar alojamiento donde dormir.

Las horas pasaban y una decena de vecinos continuaba a la intemperie y algunos bajo mantas. El concejal del distrito centro, Óscar Mata, que permaneció en todo momento con los afectados, y la Concejalía de Asuntos Sociales iniciaron los trabajos para ayudar a los afectados. A las 20.00 horas, una guagua municipal y Protección Civil de Las Palmas de Gran Canaria comenzaron a trasladarlos hasta la sede del distrito, donde les facilitaron alimentos. Además, una asistenta social del Consistorio buscó un centro en donde poder cobijar a las cinco personas que no tenían donde alojarse anoche y que fueron trasladadas hasta el albergue del barrio de Vegueta. El resto pudo dormir en casas de familiares, aunque todavía con el susto en el cuerpo por lo ocurrido.

El incidente también hizo que la calle Santa Luisa de Marillac, que conecta el barrio de Miller Bajo con el de Schamann, fuera cerrada al tráfico. La Policía Local indicó ayer que en principio no se permitirá la circulación de los vehículos hasta que los informes técnicos certifiquen que no hay riesgo de derrumbe en el edificio.