La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un año de prisión y a seis de inhabilitación a un profesor de la Universidad de Málaga (UMA), J. L. M., que pidió sexo a una alumna, tras citarla en su domicilio, a cambio de aprobarle la última convocatoria de una asignatura de Magisterio. Los hechos han sido calificados como una falta de vejaciones injustas por los tocamientos sin ánimo libidinoso y un delito de abuso de funcionario en el ejercicio de su función. Además, deberá indemnizar a la joven con 2.000 euros por los daños morales sufridos.

Según consta en el apartado de hechos probados de la sentencia, a la que tuvo acceso La Opinión de Málaga, diario del grupo Editorial Prensa Ibérica, el acusado, J. L. M., es funcionario de la Junta de Andalucía y profesor de una asignatura del último curso de Magisterio, título impartido por la Facultad de Ciencias de la Educación. La víctima era alumna no presencial del tercer curso, "y no hubo contacto previo alguno con anterioridad a estos hechos".

La joven sacó un 2,75 en el examen escrito de la última convocatoria perteneciente a la única asignatura de Magisterio que le quedaba para terminar. "Para evitar tener que marcharse a otra universidad para finalizar su diplomatura, acudió al departamento de la facultad en donde le explicó al acusado, en presencia de otro compañero, su delicada situación académica", dice el tribunal.

Nueva cita

El acusado le indicó que buscaría una solución, pidiéndole, entre otros datos, su móvil. Así, la citó de nuevo en su despacho el 16 de febrero de 2010, pero la perjudicada recibió luego otra llamada a su teléfono para pedirle que fuera a su domicilio de Málaga a las 19.30 horas del día siguiente.

La estudiante acudió al lugar junto a su hermana, su cuñado y un amigo, "al resultarle extraño el lugar y el modo en el que había sido citada". Su hermana se quedó en la escalera, y los dos amigos en el portal de la vivienda. "El acusado le franqueó la entrada de su casa, cerró la puerta con llave y se sentaron en el salón de la vivienda", apunta la Sala. "Tras mantener una breve conversación sobre su futuro profesional, el acusado le dijo que si quería aprobar tendría que hacer algo, a lo que ella opuso que a qué se refería", añade el tribunal, para subrayar al tiempo: "Le dijo finalmente que si quería aprobar tenía que darle sexo". "Ella se levantó inmediatamente diciéndole que se estaba equivocando, y él la sujetó del brazo, le levantó la camiseta y comenzó a tocarle de cintura para arriba preguntándole si llevaba micrófonos". En su búsqueda, que la Sala desposee de ánimo lúbrico, llegó a tocarle "el pecho, por lo que ella comenzó a gritar". La hermana golpeó la puerta, por lo que el profesor la abrió y la dejó salir.

Una vez fuera del domicilio, la víctima relató a sus amigos lo sucedido, pero en ese momento la llamó el profesor a su móvil. La llamada la cogió su cuñado, al que le dijo que la joven no debía preocuparse porque estaba aprobada. La chica fue atendida el 17 de febrero de 2010 en un hospital por ansiedad.