Los ganaderos del municipio de Telde ya no saben qué hacer para evitar los robos continuados de sus animales. La desaparición de más de 50 cabras y baifos durante el último año han provocado que hagan guardias nocturnas o duerman en sus fincas para ahuyentar a los amigos de lo ajeno. El último de los asaltos se produjo la madrugada del pasado martes, cuando dos personas se introdujeron en una granja para robar tres cabras. Fueron sorprendidas por el dueño y no pudieron llevarse el botín, aunque antes ya habían matado a los animales.

Estos hechos comenzaron a suceder hace exactamente un año. En diciembre de 2010, Salvador C. B., que posee más de 600 animales en su terreno de Melenara, vio cómo empezaban a desaparecer baifos. Los robos no se quedaron en algo pasajero, y durante este año ya ha denunciado hasta seis asaltos más a su finca. "Me han robado en total unas cuarenta cabezas", explica el ganadero teldense. El último caso ocurrió hace ahora un mes, cuando a plena luz del día se metieron en la granja. "Aprovecharon que nos habíamos ido a comer y se llevaron cuatro baifos", dice. Todos estos hechos han tenido un coste económico, superior a los 4.000 euros, y también físico, ya que ha provocado que un miembro de la familia duerma todos los días en la finca para así evitar la presencia de los amigos de lo ajeno.

A pocos kilómetros de la finca de Melenara, Enrique Jiménez Díaz también busca soluciones para que no se sigan sucediendo los asaltos. A este ganadero le entraron en su propiedad de Las Huesas el pasado martes. "Era la una de la madrugada y yo estaba haciendo guardia", dice Jiménez, quien de repente vio a dos personas merodeando por la granja. "Avisé a la policía y cuando nos vieron salieron corriendo por la montaña". No pudieron detenerlos, pero se dejaron atrás un vehículo con el que los han podido identificar. Al día siguiente vio tres de sus cabras muertas. Las habían sacrificado. Este era el segundo robo que sufría en el último mes. Hace 20 días también entraron y se llevaron 10 baifos y una cabra. El valor de los asaltos: "Unos 600 euros", calcula.

Los ganaderos creen que los ladrones venden después la carne y que por ello en estas fechas se llevan los baifos para las comidas navideñas. Piden que se intensifique la seguridad en estas zonas y que se detenga a los ladrones para poder al fin dormir en paz.