Una vecina que conocía a Sonia P. B. señaló a La Opinión de Tenerife que "los padres de ésta son personas estupendas y que, aunque procedían de Tijoco, llevaban mucho tiempo residiendo en la localidad", afirmó. "Todavía no me puedo creer que no vuelva a ver con vida a los niños", dijo la mujer.

En cuanto al hombre que fue hallado inconsciente en el interior de la vivienda, era curandero y santero, según señalaron anoche los vecinos. "La vivienda era un constante entrar y salir de gente diario". "Ella no trabajaba y él pasaba consulta", sentenció otra vecina, que añadió: "En esa casa trabajaba otro curandero más que tenía un todoterreno, pero hacía varios días que no lo veía", informó.

El vecino de los niños fallecidos, que se enteró por un redactor de este periódico del trágico suceso, señaló que en la azotea tenía un gallo que molestaba con sus cantos al amanecer. Hace una semana la Policía Local de Santa Cruz estuvo en el interior del domicilio, pero los vecinos no supieron aclarar cuál fue el motivo de la visita policial.

Lo que sí parece estar claro para el vecindario, y en lo que prácticamente todos coinciden es en que los pequeños "no estaban precisamente en las mejores manos".