"Ya estoy harto de todo esto, a Manuel lo voy a matar yo". La intención que destilaban las palabras de Antonio Coruña Herrera no se cumplieron cuando presuntamente disparó a su hermano Manuel con una pistola de aire comprimido por amenazar a su madre con asesinarla. El impacto del balín no lo mató, pero le dejó ciego del ojo izquierdo.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas juzgó ayer a dos hermanos que se pelearon por el cobro de la herencia familiar. La fiscal pidió para el que empuñó un arma diez años de prisión por un delito de lesiones, mientras que solicitó ocho días de localización permanente y una orden de alejamiento de seis meses para el que profirió las amenazas contra su madre.

Fue este último quien inició la disputa el 2 de febrero de 2008, cuando entró en el hogar familiar muy alterado, dando golpes contra las paredes y gritando que iba a matar a su madre, reconoció. Su intención era obligarla a vender la casa para cobrar su parte de la herencia familiar, una pretensión que venía exigiendo desde hacía tiempo, afirmaron los familiares.

El acusado de disparar explicó que su hermano pedía la herencia porque "bebe, se droga y necesita dinero para sus historias". Sin embargo, negó que él le disparase: "Sufrí un ataque de frustración, ira y rabia y le dije que lo iba a matar, pero yo nunca le habría disparado".

La madre de los acusados y uno de sus hermanos aseguraron que Manuel había llegado de la calle "como si se hubiese peleado" y defendieron la inocencia de Antonio al negar que él hubiese disparado arma alguna. Sin embargo, un cuarto hermano, declaró todo lo contrario y lo acusó de disparar.