Jesús P. L., de 54 años, la pareja de Sonia P. B., y con quien tuvo un hijo, Joseba de cinco años, al parecer había roto la relación con ella hacía tres semanas. De hecho, ya no residía en el mismo domicilio, en la calle 1ª de Armenia, de Vistabella, según fuentes cercanas a la investigación.

Este hecho pudo ser el desencadenante de la muerte del varón y de la hija, Tindaya, de 11 años, fruto de su primer matrimonio y el posterior intento de suicidio de la mujer. Los agentes creen que tras estos homicidios se esconde un patrón de conducta sobre el que están trabajando los investigadores del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía. Ahora los policías valoran el comportamiento de Sonia P. B. durante los últimos siete años.

Este tipo de actuaciones corresponden con el patrón de un suicida. "Me estoy quitando la vida para hacerte daño a ti" o "me habéis roto el corazón y ahora yo les quito lo que más quieren", según adelantó a La Opinión de Tenerife una de las fuentes consultadas.

Una de las hipótesis que barajan para ello es la conducta mostrada por Sonia P. B. desde que su marido pidió la separación, algo que nunca fue aceptado por la mujer. Este hecho fue reconocido por la abuela de Tindaya el pasado miércoles en declaraciones a Canarias Radio la Autonómica cuando relató: "Ellos llevaban mucho tiempo separados. Ella nunca se mentalizó, era una enferma, no quería sino estar con mi hijo".

A esto, se uniría ahora el segundo fracaso con su última pareja Jesús P. L., algo que tampoco habría podido asimilar la supuesta homicida. Ante esta nueva ruptura sentimental, supuestamente optó por acabar con la vida de sus hijos a los que administró barbitúricos y posteriormente asfixió. Luego, ella decidió quitarse la vida, lo que explicaría los cortes en las muñecas y la herida que presentaba en el pecho como si hubiese tratado de clavarse un destornillador o un arma de similares características.

De hecho, una vez fue detenida lo primero que confesó fue el homicidio de sus hijos a los que mató por asfixia para evitarles sufrimientos. Este tipo de muertes se produce tras reducirse el ritmo cardíaco, lo que hace que la respiración sea más lenta hasta que se produce la parada cardiorrespiratoria.

Según la policía, los niños fueron vistos el viernes a las 20.30 horas en una cafetería de la calle Tomé Cano en compañía de sus abuelos maternos. A partir de ese momento es cuando se les pierde la pista, ya que tanto el pasado lunes como el martes Sonia P. B. se negó a que su hermana Rita pudiese ver a los niños.