Un escalador de 37 años, natural de Madrid e identificado con las iniciales A. S. P., falleció ayer en el barranco de Fataga después de que una piedra, en donde se encontraba anclado uno de los soportes de la cuerda, se desprendiera de la pared, le arrastrara y le hiciera caer desde una altura de 30 metros de altitud. Su mujer, de 36 años y natural de Las Palmas de Gran Canaria, resultó herida de carácter leve y tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad.

El suceso tuvo lugar sobre las 14.15 horas en un risco próximo a la presa del barranco de Fataga. "Escuché a una mujer pidiendo auxilio, pero no la encontraba", indicó ayer Gladis González, una joven que se hallaba cerca del lugar y que de inmediato alertó a su novio, Aníbal Santana, quien junto a su hermano Lucio bajaron a ayudar a la joven.

Cuando llegaron encontraron con A. S. P., que ya yacía muerto. Junto a él estaba su mujer, que había sufrido heridas en una de sus piernas y apenas podía moverse, además de encontrarse muy nerviosa. "Ella se salvó de milagro", apuntó José Luis Santana, guardián de la presa quien también acudió al rescate. "Ella estaba sujetando la cuerda mientras él escalaba, y en ese momento se vino una piedra abajo y lo arrastró a él", lo que hizo que cayera. El fuerte golpe que le provocó la caída, desde unos 30 metros, le causó la muerte al instante.

Su acompañante sólo sufrió un traumatismo en una pierna de carácter leve, aunque, como indicó Santana, "la piedra cayó a escasos centímetros de ella".

Un helicóptero del Grupo de Emergencias y Seguridad (GES) del Gobierno de Canarias se trasladó hasta el lugar y los efectivos atendieron a la joven, a la que trasladaron junto al cadáver de su pareja hasta el mirador de Fataga, desde donde la mujer fue evacuada al Hospital San Roque Maspalomas en una ambulancia de soporte vital básico del Servicio de Urgencias Canario.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía custodiaron el cuerpo hasta su levantamiento y posterior traslado al Instituto Anatómico Forense de la capital grancanaria.