El velero Popeye sigue en paradero desconocido. Más de 30 horas después de que saliera del puerto de Morro Jable, en Fuerteventura, con destino al Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria, ni los familiares de los dos tripulantes rusos ni los equipos de búsqueda tienen indicios de dónde podría encontrarse la pequeña embarcación ni de qué les habría ocurrido a los dos ocupantes, con los que ha sido imposible comunicarse desde el pasado jueves.

Las tareas de búsqueda se reanudaron a primera hora de la mañana de ayer mediante los recursos de Salvamento Marítimo, que activó el avión Sasemar 103, con base en el aeropuerto de Gran Canaria, y la embarcación Salvamar Nunki, que partió desde el Puerto de La Luz de la capital grancanaria.

Durante todo el día rastrearon la costas entre Gran Canaria y Fuerteventura, y delimitaron una zona de búsqueda entre Gando y La Isleta por el oeste, y la península de Jandía por el este. El servicio fue suspendido con el anochecer, y a primera hora de la jornada de hoy está previsto que se vuelva a retomar la búsqueda por tercer día consecutivo, apuntaron fuentes portuarias.

Según indicó el jefe del Centro Coordinador de Salvamento Marítimo en Las Palmas, Roberto Basterreche, "las hipótesis sobre la posible localización del barco están abierta". "Puede haber tenido algún percance, que están en el agua o que incluso hayan llegado a la tierra y no hayan avisado", apuntó Basterreche, quien agregó que "estamos buscando en base a que están a la deriva entre las dos Islas", por lo que tampoco se descarta que hayan naufragado y que estén en una balsa de emergencia.

La desaparición ocurrió el pasado jueves. Según nuevos datos que han trascendido, los dos hombres desaparecidos habían solicitado salir del puerto situado al sur de Fuerteventura ese mismo día de madrugada, para llegar lo antes posible a Gran Canaria, donde tenían previsto coger un vuelo hacia Alemania. Sin embargo, se le denegó su salida a las 04.00 horas, por lo que a primera hora del día, según testigos presenciales entre las ocho y las nueve de la mañana, soltaron amarras y salieron rumbo a la isla capitalina.

En el muelle los pescadores ya les advirtieron de que no partieran debido a que las condiciones del mar no eran las más idónea, pero hicieron caso omiso debido a que, según siempre la versión de los testigos, tenían prisa para llegar lo antes posible a su destino.

Tres años en Morro Jable

A pesar de la advertencia, los tripulantes iniciaron el viaje con su velero Popeye, de seis metros de eslora, y que había permanecido durante los últimos tres años atracado en el puerto de Morro Jable, adonde llegó con un problema en el mástil.

Sobre las 09.30 horas del jueves, fueron vistos por última vez frente a la costa de Ajuy. Desde entonces, no se sabe nada más de ellos. A primera hora de la mañana, la mujer y la hija de uno de los dos tripulantes alertaron a los equipos de emergencia de la desaparición del velero, después de que intentaran en varias ocasiones contactar con su familiar y el acompañante a través del teléfono.

Salvamento Marítimo activó entonces la alerta y durante toda la tarde del jueves peinaron la zona que conecta las dos Islas, hasta que suspendieron las labores. En la jornada de ayer también se avisó a los numerosos barcos que pasan por el corredor entre Gran Canaria y Fuerteventura de la búsqueda, aunque hasta última hora de anoche seguía sin haber noticias de los dos desaparecidos.

Viento y

Calima

El avión Sasemar 103 -a la izquierda- y la embarcación Salvamar Nunki -debajo- son los encargados de rastrear la zona entre Gran Canaria y Fuerteventura. Los equipos de rescate han tenido dificultades debido a la intensa calima y el viento presente estos días en la zona.