Un transportista tinerfeño de 47 años resultó ayer herido de gravedad tras caerle encima del cuello una malla de tela cuando la descargaba de un camión en Gáldar. El trabajador, que llegó a perder la consciencia durante unos minutos por el fuerte golpe recibido, fue trasladado al Hospital Doctor Negrín con pronóstico muy grave.

El accidente laboral ocurrió en el Desguace Horacio situado en la localidad de El Agazal, en el municipio de Gáldar, sobre las 11.20 horas, cuando el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 recibió una llamada que les alertaba del suceso.

El trabajador, de la empresa tinerfeña Grúas y Transportes Bony, sufrió un fuerte golpe cuando un cilindro de malla de tela le cayó encima provocándole un traumatismo en el cuello de carácter muy grave. Según los testigos que se encontraban en el lugar de los hechos, la carga supuestamente se precipitó sobre el trabajador cuando éste retiró una de las cuerdas que la sujetaba al vehículo y se desprendía sobre su cuerpo, provocándole las heridas y dejándolo tirado en el suelo en estado inconsciente durante algunos minutos.

Por ello, procedieron a dar aviso al Cecoes, desde donde se movilizó a la Policía Local de Gáldar, Guardia Civil y en un principio a una ambulancia sanitarizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC), aunque con posterioridad enviaron otro vehículo de emergencia medicalizado debido a la gravedad de las lesiones sufridas por el trabajador.

Traumatismo muy grave

Los trabajadores del citado desguace en el que ocurrió el accidente laboral denunciaron que la ambulancia medicalizada supuestamente tardó más de una hora en llegar hasta el lugar de los hechos para atender al herido. Cuando hicieron acto de presencia, los sanitarios estabilizaron e inmovilizaron en un primer momento al transportista, quien después fue evacuado al Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín de la capital grancanaria, ya que presentaba un traumatismo en el cuello de carácter muy grave, según informaron fuentes del 112.

Los policías municipales colaboraron con los recursos de emergencia, mientras que los agentes de la Guardia Civil se encargaron de instruir las correspondientes diligencias. Tras los hechos, volvió la normalidad a la empresa y los vecinos apenas se percataron de lo que había ocurrido a escasos metros.