Los agentes de la Unidad Criminalística de la Comandancia de la Guardia Civil en Las Palmas estuvieron durante la tarde de ayer recogiendo muestras del interior de la vivienda de Francisco Javier B. C., quien presuntamente acabó el pasado lunes con la vida de su hijo Daniel B. A., de 11 años, a puñaladas.

Sobre las 16.50 horas los tres agentes de la Benemérita se introdujeron en el ático del número 26 de la calle Murillo, de Balos (Vecindario), para volver a inspeccionar el inmueble donde supuestamente el presunto homicida acabó con la vida de su hijo pequeño, tras apuñalarlo en tres ocasiones en el corazón, para posteriormente introducirlo en su coche, un Nissan Primera, que incendiaría frente a la vivienda de la madre del niño, donde ambos cadáveres quedaron completamente calcinados.

En un primer momento, los funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado procedieron a realizar fotografías del exterior del inmueble, que desde el lunes había sido precintado por orden judicial, para después proceder a recoger muestras del interior de la vivienda, donde presuntamente tuvo lugar el crimen.

Según reseñaron vecinos de la zona, dentro del domicilio aún quedaban ayer muestras de sangre sobre el suelo y un sofá que podrían pertenecer al pequeño Daniel, quien, según recoge la autopsia, se intentó defender de las cuchilladas que su padre le propinó durante la madrugada de anteayer.

Estos restos sanguíneos también estaban presentes en la entrada de la vivienda y, según fuentes cercanas al caso, en gran parte del interior del domicilio en el que residía Francisco Javier B. C. En ella también se encontraba durante los últimos días su hijo pequeño debido a que la custodia le pertenecía al padre durante este mes de julio.

Dos horas de registro

Durante unas dos horas la Guardia Civil permaneció en el interior del inmueble para realizar las pesquisas y poco antes de las siete de la tarde salían del portal, dando por finalizada la recogida de pesquisas en el edificio.

Ya el mismo día del crimen los agentes estuvieron en el domicilio para comenzar la investigación tras conocer que en el interior del vehículo, junto a Francisco Javier B. C., se encontraba el niño y que presentaba varias heridas por arma blanca. Por ellos, acudieron durante la mañana del lunes al lugar y precintaron la puerta de acceso al pequeño ático donde el padre residió durante los últimos tres años.

Los vecinos aseguraron durante el día de ayer que el supuesto autor del crimen solía llegar al barrio a altas horas de la madrugada, cuando llegaba después de trabajar como camarero en un hotel de Playa del Inglés, con la música a alto volumen que alertaba al vecindario de la zona.

Asimismo, uno de los residentes de la calle Murillo recordó que hace meses había tenido un accidente de tráfico en la misma vía contra un vehículo aparcado, aunque todos coincidieron en que parecía una persona normal.