Numerosas personas dieron en la tarde de ayer un íntimo adiós a Daniel B. A., el niño de 11 años que el pasado lunes falleció después de que su padre le apuñalara en el corazón en tres ocasiones. Entre las personas que acudieron hasta el cementerio de Sardina del Sur, en Santa Lucía de Tirajana, para despedirse del pequeño se encontraban amigos y compañeros de clase del fallecido, quienes portaban en sus manos una flor en recuerdo del menor.

Poco antes de las siete de la tarde, el féretro blanco que portaba los restos de Daniel salió del tanatorio de Vecindario en dirección a la iglesia de Los Llanos, en la misma localidad, donde el párroco ofició una misa funeral en memoria de este pequeño, que ha sido descrito por las personas más cercanas a su familia como un "encanto de niño", un pequeño "sobresaliente, muy educado, muy tranquilo y muy noble".

Su madre, Isabel A. G., tuvo que ser apoyada en los momentos más duros por toda su familia, entre ellos algunos llegados desde su Galicia natal para asistir el sepelio, así como por su pareja sentimental y por su hijo mayor, de 17 años.

Sobre las ocho de la tarde, tras el funeral, el cuerpo fue trasladado hasta el citado cementerio del sureste de Gran Canaria, donde recibiría sepultura.

Por su parte, la Guardia Civil continúa todavía con la investigación de los hechos, aunque fuentes cercanas al caso informaron de que la secuencia de lo ocurrido está confirmada. Francisco Javier B. C. acabó con la vida de su hijo Daniel B. A. en el interior de su vivienda, en la calle Murillo de Vecindario, de tres puñaladas en el corazón, lo introdujo en su turismo Nissan Primera, y tras avisar a su exmujer y madre del pequeño de que se asomara a la ventana para que presenciara los hechos, prendió fuego al interior del coche y provocó un accidente frente a la casa de la progenitora, con el consiguiente vuelco del vehículo. Ambos cuerpos quedaron calcinados.