El viento y una altísima temperatura se combinaron ayer de forma fatal para alimentar un incendio que, según los primeros indicios, pudo originarse por la quema de rastrojos en una finca del caserío de Ifonche. A las 15.30 horas saltaba la voz de alarma de los pocos vecinos de este núcleo de población del sur tinerfeño. Apenas unos minutos más tarde, efectivos del Consorcio de Bomberos de Tenerife y de las Brigadas Forestales (Brifor) del Cabildo se ponían en marcha para sofocar las llamas. Sin embargo, cuando llegaron a la zona, muy próxima al barranco del Infierno, éste hizo honor a su nombre: "Un auténtico infierno, es lo que hay ahí delante", afirmaba uno de los operarios movilizados.

Anoche, más de 100 hectáreas habían ardido ya. Las fuertes rachas que soplaron por la tarde, hicieron que el incendio fuera tan virulento que se transformó en dos lenguas de fuego que calcinaban el monte hacia la cumbre y hacia la parte baja de este barranco tan frecuentado por senderistas. De hecho, y aunque permanecía cerrado desde hacía dos años, cuando llegaron los primeros medios de la lucha contra el fuego, tuvieron que evacuar a algunos incautos que se encontraban de excursión en este paraje.

Los técnicos del área de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife confiaban anoche en que el viento no hiciera aparición para empeorar el incendio que se declaró en Adeje a las 15.00 horas. En palabras del presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, el fuego "no está controlado pero sí perimetrado y esperamos dar pronto buenas noticias". Los responsables del operativo antiincendios comparecieron en el Pabellón Santiago Martín pasadas las 21.30 horas para explicar la situación y detallar qué medios y decisiones se tomaron a lo largo de la jornada.

Más de 30 grados

Melchior fue positivo pero advirtió, al igual que los técnicos, que "no se pueden lanzar las campanas al vuelo porque cualquier variación puede ocasionarnos problemas". De hecho, como precisó el presidente del Cabildo, tres de los cuatro factores de mayor riesgo durante un incendio se cumplían ayer en el sur de Tenerife. "Tenemos más de 30 grados de temperatura, más del 30 por ciento de humedad y una difícil orografía para actuar. Por fortuna no pasamos de los 30 kilómetros por hora de viento", precisó.

El trabajo de los medios de extinción se concentraba ayer en los flancos derecho e izquierdo de las llamas. El primero, como explicó el jefe del operativo de emergencias, es el más peligroso. Ahí se concentró el esfuerzo de los trabajadores del Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias para evitar que las llamas alcanzaran la masa forestal. "Han sido, por el momento, 100 hectáreas afectadas. La mayoría de matorral", precisó por su parte el vicepresidente de la institución insular, Carlos Alonso. Si el fuego alcanzara la zona de pinar y se subiera a las copas de estos árboles "podría avanzar rápidamente hacia Vilaflor", añadió.

Para el flanco izquierdo del fuego, la dirección del plan de emergencias solicitó ayer la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Los efectivos del Ejército permanecieron toda anoche apostados este lado del incendio, ya que los helicópteros de extinción tienen que retirarse cuando se pone el sol. "Si logramos que mañana (hoy para le lector) ambos flancos esté controlados habremos salvado la situación", añadieron. Precisamente en este flanco izquierdo todos los esfuerzos se concentraron en evitar que el fuego alcanzara el interior del Barranco del Infierno.

Los responsables del Cabildo de Tenerife lanzaron además un mensaje "de tranquilidad" para la población. "Nuestra primera preocupación son las personas y por eso hemos procedido al desalojo preventivo de los caseríos de La Quinta y Taucho", precisó Alonso.

Respecto a las causas del incendio, Ricardo Melchior pidió prudencia y aseguró que "todavía es pronto para avanzar un origen". "Es una zona agrícola y pudo ser un despiste pero hay una unidad de investigación que se encargará de determinar con exactitud dónde empezó", avanzó.