Una larga enfermedad que se complicó con una neumonía acabó ayer con la vida de Adolfo Bento Cabrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1933), un coronel del Ejército de Infantería muy querido en el Archipiélago canario por su vinculación laboral con las Islas, donde desarrolló casi toda su carrera militar. El fallecido era tío de la actual delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento.

"Se sentía militar y muy canario", explica una de sus hijas para ilustrar el carácter "socarrón" de este militar nacido en Gran Canaria y criado en una vieja casona de la calle Malteses. Allí, a caballo entre Vegueta y Triana, se fraguó la vocación marcial de Adolfo Bento, cuyo primer destino importante se materializó en la campaña del Sahara, donde ascendió a teniente al salir de la academia y estuvo al frente de la unidad de Nómadas.

Luego, a principios de los años 60, regresó a Gran Canaria para casarse con su esposa, María Esther. Fruto de ese matrimonio nacieron cuatro hijos y cinco nietos, quieres recordaban ayer con cariño las hazañas de Bento, entre las que destacan distinciones honoríficas como la Cruz de San Hermenegildo y al Mérito Naval.

El matrimonio celebró las bodas de oro el pasado día 29, pero el coronel estaba ya muy mal de salud. En enero hubiera cumplido los 80 años, pero en lo alto de los recuerdos brilla aún su colección de sellos y el amor por el silencio, pasión que cultivó durante su estancia en el Sahara. Así le gustaba pasar las tardes, resguardado en una habitación sin más compañía que la del periódico.

También estuvo destinado en Lanzarote y Madrid, donde formó parte del Consejo de Justicia Militar, incluso llegó a rechazar otros puestos en el extranjero para estar junto a su familia y Canarias. Sus allegados tienen previsto enterrar sus restos en el cementerio de Las Palmas hoy, a partir de las 12.00 horas. Mañana se celebrará una misa en Los Salesianos, iglesia a la que el coronel asistía con frecuencia.

M. R.

Las Palmas de Gran Canaria