Tres personas, un instructor de vuelo, de unos 40 años, y dos clientes que contrataron el vuelo, un padre, de 48, y su hija, de 14, perdieron la vida ayer por la caída de una avioneta en un paraje rural situado a unos 500 metros al sur de la localidad de Castalla, en el interior de la provincia de Alicante. El instructor era tío de la adolescente, y los tres eran vecinos de Castalla. Los indicios sobre los que trabajan los investigadores apuntan a que el aparato no chocó contra nada en pleno vuelo y que pudo registrar algún fallo mecánico que obligó al piloto a intentar un aterrizaje de emergencia, sin éxito. El siniestro sucedió a las 11.37 hora canaria. Con estos tres fallecidos, se eleva a 23 el número de víctimas mortales en este tipo de accidentes en los dos últimos años.