Las llamas destruyeron en la madrugada del pasado sábado un taller de mecánica situado en el polígono industrial de Playa Blanca (Yaiza). Las altas temperaturas llevaron consigo que el techo de la nave y la pared trasera del inmueble se precipitaran contra el suelo. El fuego, que no provocó daños personales, devoró 16 vehículos que se encontraban en el interior de la instalación (13 turismos, dos motos y un quad), aseguraron ayer fuentes del Consorcio de Emergencias de Lanzarote.

Dentro del local había también "gran cantidad de neumáticos, depósitos de aceite nuevo y usado y gasolina, materiales que aceleraron la combustión", indicaron desde el consorcio, lo que complicó las tareas de extinción. Junto al taller Servicio Rápido del Automóvil sufrió desperfectos, aunque en menor cuantía, la nave contigua que acoge un negocio de construcción. En ese edificio se registraron destrozos en una pared y la cubierta.

Se desconocen las causas que provocaron tan voraz incendio, que se inició cerca de las diez y media de la noche del pasado viernes. Se necesitaron más de tres horas para apagarlo. Los bomberos del consorcio finalizaron el servicio a las 4.33 horas de la madrugada. La Guardia Civil de Yaiza mantiene precintado el exterior del taller por motivos de seguridad y para recabar datos que ayuden a esclarecer el origen de la desgracia.

Vecinos de la cuarta fase del conjunto residencial Viviendas Yaiza, próxima a la zona del fuego, se percataron de las impresionantes llamas y de explosiones que salían del taller, situado en la calle Alemania, por lo que alertaron de inmediato a los servicios de emergencia.

El consorcio, que estima las pérdidas en más de un millón de euros, desplazó hasta Playa Blanca los seis agentes que se encontraban de guardia más siete de refuerzo y cuatro camiones. Sin embargo, estos recursos fueron insuficientes para sofocar las llamaradas, puesto que hubo que pedir ayuda a Urbaser y Transportes Tavío. Efectivos de Protección Civil de Yaiza, la Policía Local y la Guardia Civil también colaboraron en el dispositivo que se montó para controlar la situación.

Fueron necesarios unos 25.000 litros de agua y gran cantidad de espuma para extinguir la quema. En un principio, los bomberos actuaron desde la techumbre de la nave adyacente suministrando espuma y agua, caudal que consiguieron aumentar gracias a la ayuda de un hidrante para reponer los depósitos de los vehículos contraincendios. Tras la llegada de una pala mecánica que consiguió desmontar las puertas del taller, los efectivos pudieron intervenir desde el suelo con varias líneas de agua. Lo ocurrido pone de relieve, una vez más, la necesidad de contar con un parque de bomberos en el sur de la Isla para acortar los tiempos de intervención. El central, situada en Arrecife, dista de Playa Blanca unos cuarenta kilómetros.