Una joven de 18 años de edad murió ayer por la tarde en Torrellano después de haber sido arrollada por un tren de cercanías que realizaba el trayecto entre Murcia y Alicante. El accidente se produjo pasadas las ocho de la tarde, escasamente a un kilómetro del apeadero de la pedanía. Los primeros indicios apuntan a que la joven, que se graduó el sábado de segundo de BAT, estaba cruzando la vía, con los auriculares puestos, cuando fue alcanzada por el convoy, que la desplazó varios metros.

Inmediatamente se dio aviso a los servicios de emergencia y a las patrullas tanto de la Policía Local como Nacional, quienes se desplazaron hasta el lugar del accidente, donde el tren que había protagonizado el arrollamiento permaneció parado durante 25 minutos. Los médicos certificaron que la joven había muerto en el acto y que presentaba un traumatismo craneoencefálico severo y varias fracturas de menor gravedad. Fue en torno a las diez de la noche cuando el cuerpo sin vida de la joven fue trasladado al tanatorio.

La joven no llevaba documentación, por lo que desde un principio fue complicado conocer su identidad y localizar a los familiares. Por ello, tanto agentes de la Policía Local como efectivos de DYA fueron por algunos de los principales establecimientos de la pedanía para pedir que se les avisara en caso de que tuvieran algún indicio que les llevara a conocer sus datos. De hecho, como principales pistas, contaban con una pulsera en la que aparecía su nombre, se dijo que tenía entre 15 y 17 años, y que tenía un tatuaje.

Mientras tanto, alumnos del IES de Torrellano se movilizaron a través de las redes sociales y del WhatsApp, donde hasta se llegó a crear un grupo para tratar de dar con la identidad de la chica, y también fueron muchos los que se acercaron hasta el lugar del accidente para tratar de tener más datos.

Fue en torno a las 23.30 horas, cuando una compañera de la víctima avisó a los agentes de su posible identidad. De esta forma, los policías y efectivos de DYA se desplazaron hasta el domicilio familiar, aunque fue allí donde una vez más fueron los compañeros los que les alertaron de que la madre estaba trabajando en un restaurante de Torrellano, donde le comunicaron la triste noticia.

El siniestro causó una gran conmoción en la pedanía, hasta el punto de que muchos no pudieron evitar acercarse hasta el lugar de los hechos incluso cuando ya se había levantado el cadáver. No en vano, todos coincidían en señalar en que ésta es una zona muy concurrida por todos los vecinos de la zona, que aprovechan el camino para pasear o para practicar deportes, y detallaron que diariamente son muchos los que cruzan por las vías en ese mismo punto, que se encuentra justo en la confluencia con uno de los caminos de servicio de Riegos de Levante.