Arantxa A. M., una mujer natural de Vigo y de 24 años de edad, fue detenida en la tarde de ayer por la Guardia Civil de Agüimes acusada del homicidio de su pareja sentimental, un barcelonés identificado como Jordi Burón Porcar, de 43 años y con el que llevaba entre tres y seis meses viviendo en un chalé de grandes dimensiones ubicado en el número 77 de la calle Alcalá Galiano, próxima al antiguo muelle de la playa de Arinaga.

Agentes de la Guardia Civil del puesto de Agüimes y miembros de la Policía Judicial del Instituto Armado se personaron pasadas las cinco y media de la tarde de este sábado en el lugar de los hechos. Los escasos datos que han trascendido apuntan a que una discusión entre la pareja, sucedida hace unos días, se habría saldado con la muerte violenta de Jordi, quien hace cinco años tenía su domicilio oficial fijado en la calle Luis Velasco, sita también en el mismo término municipal.

Según distintos testigos, Jordi y Arantxa, que no tenían hijos en común, habían iniciado una relación sentimental hace poco más de ocho meses, y las disputas y discusiones eran más frecuentes de lo deseable en un inmueble al que habían llegado hacía poco tras alquilarlo a un médico de la Isla.

El cadáver del hombre, que desprendía un fuerte hedor y podría llevar entre tres y cinco días sin vida, fue hallado con signos evidentes de violencia en el garaje del edificio. La manzana fue rápidamente acordonada por los agentes de la Guardia Civil de Agüimes mientras los vecinos, estupefactos, se iban congregando alrededor sin tener prácticamente datos sobre la identidad y el tipo de vida que llevaban tanto la víctima como la presunta homicida al tratarse de dos foráneos casi recién llegados.

Poco después comenzaron a aparecer varias unidades de la Policía Judicial de la Guardia Civil, algunas con sede en la capital grancanaria, para iniciar la preceptiva inspección ocular y la toma de fotografías, huellas, pruebas y restos con la que se pudiesen aclarar las causas que provocaron el presunto asesinato de Jordi.

Tras numerosas visitas al piso superior, los agentes se centraron en el garaje, donde en varias estanterías lucían cascos y utillajes propios de motorista. El cadáver, en avanzado estado de descomposición, apareció sobre un gran charco de una sustancia que podría corresponder al propio proceso de putrefacción.

El caso fue asumido por el juzgado de instrucción número 2 de Telde, a cuyo frente se sitúa la magistrada Virginia Peña. La jueza, conocida en la ciudad de los faycanes por ser la instructora del denominado caso del Talio, llegó cerca de las ocho de la tarde al lugar en el que se produjo el suceso y, tras decretar el secreto de sumario, autorizó el levantamiento del cuerpo y su remisión al Instituto de Medicina Legal, donde previsiblemente se le practicará la autopsia a lo largo de la mañana de hoy.

Los residentes de la calle Alcalá Galiano quedaron ayer conmocionados en una jornada marcada, horas antes, por el cierre de la playa cercana tras un vertido de aguas fecales. Lourdes, vecina de la zona desde hace ocho años, aseguró a los medios que apenas unos días antes había escuchado "gritos y una gran discusión de pareja", y otro amigo de la víctima, que se acercó al chalé y fue interrogado por los agentes, apuntó que en la relación entre Jorge y Arantxa -cuyo padre se habría trasladado en la tarde de ayer desde la Península a la Isla, según fuentes cercanas a la investigación- habían "más enfrentamientos de lo deseable".

Los investigadores no descartaban anoche que el triste suceso obedeciese a un crimen pasional. Aunque no trascendió oficialmente la forma en la que se produjo el óbito, en el vecindario descartaron por completo que este se hubiese realizado con un arma de fuego. El viento, que ayer volvió a reinar en el sureste, pudo delatar lo ocurrido.