El asesino de Francisco Sánchez Sánchez, conocido como el Salmantino, de 66 años, le proporcionó una veintena de golpes en la cabeza con un hierro. La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga en el entorno del hombre que fue brutalmente golpeado en la madrugada del miércoles en el interior de un nido de ametralladora en la zona turística de Caleta de Fuste, en el municipio de Antigua.

Los agentes peinaron ayer la zona próxima al suceso en busca del arma homicida y de otras pruebas que lleven a la identificación del autor del horrible crimen. La investigación se encuentra bajo secreto de sumario, pero los miembros de la Policía Judicial ya tienen en cartera a un sospechoso. Solo están pendientes de las pruebas necesarias que lo imputen. Es cuestión de horas.

Las pesquisas de la Guardia Civil se dirigen hacia otro indigente que estuvo bebiendo con el Salmantino la noche del crimen. Lo tienen plenamente identificado pero se encuentran a la espera de obtener una prueba definitiva que podría conocerse hoy.

Los vecinos de Caleta de Fuste continúan consternados por el crimen que corrió como la pólvora por esta zona turística. La presencia de 13 guardias civiles buscando pruebas y varios vehículos policiales llamó la atención no solo de los residentes sino de los muchos turistas que disfrutan de sus vacaciones, que incluso usaron sus máquinas de fotografías para inmortalizar el momento.

La autopsia fue realizada ayer en el Tanatorio Cira Ruiz de Puerto del Rosario por los peritos judiciales donde estuvieron presentes varios miembros de la Policía Judicial, algunos procedentes de Gran Canaria, que se trasladaron a la Isla junto al capitán Pizarro para colaborar con sus compañeros en la investigación.

El Salmantino llevaba muchos años residiendo en Fuerteventura, a donde había llegado para trabajar en la construcción. Su mujer y sus hijos, uno de los cuales es miembro del CNP, residen actualmente en Madrid. Para sus amigos era una buena persona que nunca se metía en problemas. "Era muy respetuoso, nunca daba un problema", aseguró a este periódico un empresario.

F. V. B. lo conocía perfectamente y fue una de las últimas personas que lo vieron con vida. "Estuvimos tocando la guitarra durante varias horas y luego se marchó a su casa. No lo vi más hasta que me enteré de la noticia. Era una gran persona, no entiendo cómo le pudieron hacer eso". Además, añadió que "hace tres semanas una persona le atacó y le puso una cuerda en el cuello de la que logró zafarse con un estilete que siempre llevaba encima. Nunca nos dijo quién fue, sólo que era alguien nuevo en el pueblo".

L. H. asegura que le unía una buena amistad con Francisco Sánchez. "Nos dijo que iba a cobrar un dinero importante del seguro por un accidente de tráfico cuando le atropellaron. Por ello estuvo muchos meses ingresado. Era un buen amigo y siento mucho su muerte".

Hogar trágico

El Salmantino compartió hace unos años el nido de ametralladoras con otros dos compañeros llamados Enrique y Juanito. Curiosamente ambos fallecieron. Actualmente residía solo en el citado habitáculo, aunque en alguna ocasión le vieron entrar con algunas personas.

Hace pocos días alguien entró en el nido de ametralladoras y le destrozó un molino de viento que había construido con trabas de ropa. "Era un manitas para las manualidades", aseguró uno de sus amigos.