La cámara de un banco filmó las últimas imágenes de la pequeña Asunta con vida el día de su asesinato, el pasado 21 de septiembre. Se trata de unos segundos en los que la niña camina por delante de la sucursal bancaria en dirección a casa de su padre, Alfonso Basterra, donde había quedado con sus progenitores para comer. Horas más tarde vuelve a caminar por el mismo punto en dirección al piso de su madre, Charo Porto.

Hasta ahora las únicas fotografías que habían trascendido de la niña eran las que hicieron sus amigos del colegio o la ya conocida de su blog. Cinco meses después de su muerte, en estas nuevas imágenes se puede ver a Asunta caminar a las 14.00 horas con la chaqueta en sus manos y vestida con la camiseta en la que días más tarde se descubrirían restos de semen.

A las 17.21 horas, la niña camina en dirección opuesta. En esta ocasión se dirigía al piso de Porto y se la puede ver, en tan solo un par de segundos, con la sudadera puesta.

Siete minutos más tarde la madre de la pequeña camina de forma apresurada en la misma dirección que su hija. Posteriormente, entra en el garaje para recoger el vehículo y dirigirse a la finca de Teo. Sin embargo, y contrariamente a la versión que ofreció en un primer momento, Charo Porto no viajó sola, ya que en el asiento del copiloto se distingue la figura de Asunta.

Denuncia y tensión

Cuando la niña ya había desaparecido, Alfonso Basterra camina ya de noche, a las 21.44 horas, por delante del banco. En tan solo un minuto pasa hasta en tres ocasiones por la puerta. Se le nota desesperado.

Tres cuartos de hora más tarde, las cámaras de la comisaría graban el instante en que Porto y Basterra llegan para poner la denuncia. Caminando con paso seguro, ella va un paso por detrás de él y, posteriormente, suben las escaleras de forma apresurada.

A las 23.26 horas, el progenitor regresa a su domicilio solo para comprobar si Asunta volvió. Abandona la comisaría por las mismas escaleras pero en esta ocasión lo hace despacio. Al llegar a la mitad se da la vuelta unos instantes y sigue su camino de manera sosegada. Charo Porto, tras firmar la denuncia, abandona la comisaría acompañada de dos agentes en dirección a su piso.