Hoy, a las 14.40 horas, los buzos de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo (Sasemar) han conseguido recuperar el cuerpo de uno de los seis desaparecidos en el naufragio registrado en la madrugada del pasado lunes frente al Cabo Peñas. Empieza a verse así, el final de esta tragedia, que se alargó injustamente por las malas condiciones del mar.

Los equipos de rescate llevaban toda la semana intentendo entrar el el barco, y al fin lo han conseguido despúes del duro día de ayer para estabilizar el pesquero. Los trabajos continúan todo el día para recuperar el resto de cuerpos, que según creen desde el operativo de rescate, también se encuentran atrapados en el "Santa Ana".

Los buzos han encontrado el cuerpo pasadas las 14.00 horas y en estos momentos permanecen en el buque para tratar de localizar al resto de la tripulación desaparecida, que al parecer se encontraba durmiendo en los camarotes cuando el pesquero naufragó en la madrugada del lunes al embarrancar en la isla Erbosa. El cuerpo del marinero será trasladado a Avilés, donde los familiares de la tripulación aguardan al desenlace del operativo de rescate.

Los buzos accedieron al pesquero por una trampilla de acceso al parque de pesca, entre los dos carreteles y hallaron el cuerpo del gallego Lucas José Mayo, uno de los marineros del arrastrero, cuyo cuerpo estaba en uno de los camarotes. Según han confirmado en rueda de prensa los equipos de rescate, no han visto ningún otro cuerpo en el interior, lo que no quiere decir que no estén, por lo que se intensificarán los trabajos con medios aéreos. Los buzos se encontraron en el interior del barco con "una cantidad ingente de objetos de todo tipo".

Los cinco desaparecidos que se buscan ahora son son Manuel María Tajes Lestón (primer mecánico), Suherman (mecánico), Víctor José Farinhas Braga (contramaestre), Wasito (marinero) y el asturiano Marcos del Agua Chacón(alumno en prácticas). Los cadáveres de Francisco Gomes Fragateiro y Manuel Indalecio Mayo-Brea fueron localizados el lunes por la mañana. El único superviviente es el gallego Manuel Simal Sande.

"Coja su casa y póngala patas arriba, eso nos encontramos ahí dentro, y encima flotando". Así de gráfico fue ayer el capitán Carlos Martínez, del grupo de especialistas en actividades subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), en su descripción del escenario que se encontraron los buceadores cuando intentaron acceder al interior del "Santa Ana" tras conseguir estabilizar la embarcación. Precisamente los trabajos se centraron ayer en la fijación del arrastrero para que los buzos puedan entrar en el barco siniestrado en condiciones de seguridad.

Lo más importante y necesario era conseguir inmovilizar el barco, asegurar su estabilización, trabajos que se desarrollaron ayer.

Los equipos de rescate consiguieron concluir esta operación ayer por la tarde y tras dos actuaciones que tenían un único objetivo: desplazar el pesquero hasta conseguir que estuviese inmovilizado. En la primera se realizó una sujeción entre los carreteles (el carrete donde va enrollada la red de pesca) y el remolcador Alonso de Chaves. "Después de aplicar una carga de tiro de entre 15 y 20 toneladas, ese tren de remolque se rompió porque el sistema donde iba arraigado tenía unos cantos muy vivos, y rompió rápidamente", explicó el responsable de la división de operaciones de Sasemar, Joaquín Maceiras.

A continuación se procedió a otra disposición de remolque, y con una cadena más resistente. En este caso el anclaje al "Santa Ana" se realizó en una gatera de estribor de la cubierta de proa. "Esta operación nos daba más capacidad de tiro para comprobar la estabilidad del pecio. Estuvimos trabajando en ese tiro durante media hora, con una carga de rotura de unas cincuenta toneladas. Se tiró hasta romper la cadena", añadió Maceiras. "La rotura de la cadena ha sido provocada. La mejor forma de saber si el barco está estable es rompiendo la cadena con el remolcador", añadió el capitán Carlos Martínez.

El "Santa Ana" sigue con la popa apoyada en el fondo frente a Peñas, encajado en una grieta(lo que se consiguió en la primera operación realizada ayer), a costado de babor y sujeto (lo que se comprobó en la segunda operación). En tierra esperan sus familiares, destrozados por una tragedia a la que ahora se suma la espera por la localización de los suyos. La esperanza de todos está en que los cuerpos se encuentren en el interior de la jaula en que se convirtió el "Santa Ana".