Lo mataron de una paliza entre la noche del viernes y la mañana del sábado. El informe del equipo forense que realizó ayer por la mañana la autopsia al niño de dos años abandonado en una maleta en las vías del tren entre los apeaderos de Vallobín y La Argañosa es "muy claro" y no deja lugar a dudas. Se trata de un crimen, una muerte violenta. El pequeño presentaba señales de haber sido golpeado en varias partes de su cuerpo. Además, "con extrema violencia", hasta causarle la muerte, según fuentes próximas a la investigación consultadas por el diario 'La Nueva España', que también precisaron que "el cuerpo estaba muy castigado". El cadáver está pendiente de identificación, aunque la Policía Nacional trabajaba en una línea de investigación muy destacada por encima de las demás hipótesis. Creen que el niño es del barrio y que la muerte se produjo en su entorno familiar.

Para averiguar la identidad del menor se están realizando diversas gestiones. Además del envío de diferentes muestras fisiológicas al Instituto Nacional de Toxicología, la Policía Nacional ha desplegado por la zona -los barrios de Vallobín y La Argañosa- a numerosos efectivos policiales que están realizando una exhaustiva labor de campo, preguntando, casa por casa, si alguien ha echado en falta a un niño de corta edad. Desde primera hora de ayer, los policías se repartieron el trabajo por portales y accedieron a las viviendas presentándose como agentes del Cuerpo Nacional de Policía. "Me preguntaron si había visto algo raro, ojalá, ya me gustaría poder aportar algo de luz al caso", explicaba ayer Mari Luz Suárez, cuya ventana, en la parte de Vallobín, da directamente a las vías del tren. "Yo no vi nada, y tampoco viven niños en este bloque. La gente habla mucho y se dicen muchas cosas, que si vieron a una pareja discutiendo con un niño de esa edad hace unos días en el parque. Espero que pronto se aclare y paguen los culpables", explicó la mujer. "¿Qué van a preguntar? Que si vimos alguna cosa rara por las vías el sábado y si echamos en falta a algún niño de dos años", explicó Celestino Fernández, vecino también de un bloque colindante a las vías.

Los vecinos también aseguran que ha sido "una casualidad tremenda" que los operarios de mantenimiento de las vías hayan encontrado el cuerpo en una fecha tan próxima a la muerte. "No es habitual que vengan a desbrozar la maleza. Por ahí pasan de pascuas a ramos", indicó Armando Alonso, también vecino de Vallobín. Estos mismos trabajadores, los que hallaron el cuerpo del menor envuelto en una colcha junto a una maleta que estaba abierta, volvieron ayer, con el ánimo abatido, a concluir los trabajos de desbroce en los aledaños de las vías.

Los vecinos son el principal pilar en el que se apoya la investigación para dar con la identidad del menor y por ende, de los responsables de su muerte. Y es que no existen en la zona cámaras de seguridad cuyas imágenes rastrear en busca de alguna pista. Los dos apeaderos cercanos al lugar del hallazgo, el de Vallobín y La Argañosa, son estaciones pequeñas que no disponen de este tipo de dispositivos de vigilancia.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, que dirige la juez Begoña Fernández, decretó ayer el secreto de las actuaciones, que están tratando de llevar con la máxima discreción, aunque el despliegue policial en las calles de los barrios cercanos a las vías es difícil de disimular. Con todo, fuentes cercanas al caso explicaron ayer que "lo deseable" es que la resolución del caso "no se demore demasiado en el tiempo".

La alarma saltó el pasado lunes al mediodía, cuando los operarios de una subcontrata de Adif que se encontraban limpiando las vías dieron la voz de alarma. El crimen, uno de los más espeluznantes de la historia local reciente, ha conmocionado la ciudad.