La ciudad de Nueva York se despertó ayer inusualmente vacía a causa de la tormenta de nieve que ha afectado en las últimas horas la costa noreste de EEUU y que ha obligado a la mayoría de neoyorquinos a quedarse en sus casas. El temporal ha obligado a la cancelación de 6.000 vuelos en el país.

Pese a que la tormenta no tuvo el efecto que se esperaba, en el centro de Manhattan las calles estaban muy poco transitadas a media mañana, algunas llenas de nieve blanca y otras con los restos grises por las pisadas de las personas y el paso de los vehículos.

El temporal se desató con fuerza antes de la pasada medianoche y afectó a cerca de 30 millones de personas de la costa noreste de Estados Unidos, desde el estado de Nueva Jersey hasta el de Maine, en la frontera con Canadá. En los alrededores de la estación Grand Central, en Manhattan, que suelen ser muy bulliciosos, había poca gente caminando y lo hacía sin el ritmo frenético que suelen tener los neoyorquinos cuando se desplazan por la ciudad.

Lo mismo sucedía en el centro de Brooklyn, donde montañas de nieve se apilaban en los alrededores de las casas y en las calles, que obligaban a los pocos que se atrevieron a abandonar sus hogares a caminar con mucho cuidado.

La mayoría de comercios cerró, pero algunos abrieron por decisión de los propietarios, como la pequeña pescadería en la que trabaja Marciano Ramírez, un mexicano que lleva cinco años residiendo en la ciudad.

"Está muy feo para venir a trabajar. Nosotros vinimos caminando después que no tenemos ningún transporte con el que venir. Nos agarra lejos para trabajar aquí, pero el patrón abre y nosotros tenemos que trabajar por necesidad", explicó. Ramírez consideró que no deberían haber abierto.