Murió en plena calle, a las seis de la mañana, sentado en la silla de otro indigente al que no conocía de nada. Se llamaba Julio Martínez Giménez, en mayo cumpliría 45 años y era usuario del centro social Calor y Café, una entidad que atiende a las personas drogodependientes que viven en la calle. Ayer se desplomó en la calle Pintor Ferrandis con Tramoyers, en pleno corazón del Cabanyal. José Jiménez, un indigente que vive en zona desde hace seis años le ayudó a incorporarse con la ayuda de un vecino, mientras otra mujer avisaba a la policía. Sin embargo, cuando a las 6.45 horas llegaron los agentes, comprobaron que Julián Martínez había fallecido, aunque el motivo de la muerte se conocerá tras la autopsia.

Fuentes de la Conselleria de Bienestar Social aseguraron ayer a Levante-EMV que el indigente fallecido había sido atendido en varias ocasiones tanto por el operativo desplegado por el servicio para la 'operación frío' como por los agentes del Grupo X24 de la Policía Local que se encarga de las personas que viven en la calle. Sin embargo, había rechazado la posibilidad de ocupar alguna de las plazas que el ayuntamiento tiene disponibles para las personas sin hogar. "La Operación frío consiste en facilitar una plaza de alojamiento y manutención a cualquier persona sin hogar que esté en las calles de nuestra ciudad, ya sea en un albergue o en algunos de los pisos tutelados disponibles para ello. Si la persona atendida rechaza esta posibilidad, se le entregan mantas y bebidas calientes para paliar su situación de desamparo", explicó ayer la concejala de Bienestar Social, Ana Albert. Es más, fuentes del servicio aseguraron que el ayuntamiento dispone de 376 plazas , de las que 66 están disponibles. De hecho, "si se llegara a la total ocupación, la concejalía tiene previsto habilitar plazas en pensiones, hostales o albergues juveniles".

Sin embargo, son muchos los indigentes que se niegan a pasar la noche en un albergue, a pesar de las bajas temperaturas registradas. Y es que hay una serie de condiciones y requisitos que los usuarios de los diferentes albergues deben cumplir sobre las pertenencias, aseo personal, animales domésticos, horarios, adicciones...y muchos de los indigentes se niegan a recibir esa ayuda.

Ese fue el caso de Julián Martínez, el segundo indigente fallecido en las calles de Valencia en 48 horas. El pasado miércoles, otro sin techo de 50 años, identificado como Santiago Luján, aparecía muerto en el cajero automático de un banco. La autopsia reveló ayer que falleció por un fallo respiratorio debido a una pulmonía.

Cuando los agentes acudieron a la calle Pintor Ferrandis rebuscaron en los bolsillos del fallecido en busca de un documento que lo identificara. Y lo encontraron. Un papel del centro social Calor y Café indicaba que ellos tenían custodiada la documentación del indigente.

En este centro social la prudencia y el respeto es una máxima de trabajo. Por ello, no quisieron proporcionar datos del fallecido ni de su historia personal. "Fue una persona anónima y queremos que siga siéndolo", aseguraron. Ahora bien, desde esta entidad sí tienen una explicación clara a la negativa de muchos indigentes a pasar la noche en los albergues. Y es que fuentes del centro explicaron que "no hay albergue alguno donde nuestros usuarios tengan cabida", además de criticar el número de plazas destinadas a los sin techo. "Los indigentes que son drogodependientes lo tienen muy complicado. Las normas de los albergues son demasiado rígidas para este colectivo, y no tienen cabida. Por eso prefieren seguir en la calle pasando frío", afirmaron las mismas fuentes.

Situaciones extremas

El ayuntamiento, sin embargo, aseguró que de las 376 plazas destinadas a las personas sin hogar hay 9 "para aquellas personas que se encuentran en situación extrema o que tienen adicciones que dificultaría su ubicación en cualquiera de los otros centros". Pero desde la entidad que atiende a personas drogodependientes que viven en la calle se mostraron muy extrañados ante esta información. "Si fuera así, nosotros lo sabríamos. No tenemos conocimiento de que estas plazas existan ni de donde se encuentran y tenemos una estrecha relación tanto con el CAST (Centro de Atención a Personas sin Techo) como con la policía", concluyeron.