El poeta Francesc Garriga, que en 2012 obtuvo el premio Carles Riba con el poemario Tornar és lluny, falleció a los 82 años a causa de una enfermedad pulmonar, confirmaron fuentes de Grup 62.

Nacido en Sabadell, en la provincia de Barcelona, en abril de 1932, Garriga, profesor de instituto durante más de tres décadas, con prestigio entre los jovencísimos poetas catalanes y desmitificó siempre su oficio al mantener que un poeta es sólo "una persona que explica lo que le da la gana de la manera que le va bien".

Licenciado en Germánicas por la Universidad de Barcelona, vivió en la Amazonia en su juventud, cuando formaba parte de la orden de los franciscanos capuchinos, que después abandonó.

Residente en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) desde hace muchos años y con una vasta cultura, su primer libro de poemas publicado fue Entre el neguit i el silenci, de 1959, pero no fue hasta los primeros años del siglo XXI cuando su producción fue más prolífica, con libros como La nit dels peixos, Camins de serp o Ragtime.

En el año 2004 obtuvo la Engalantina d'Or de los Juegos Florales de Barcelona a la mejor composición poética de tono patriótico por La nit dels peixos.

Hombre que nunca se mordió la lengua, también participó en programas radiofónicos o del Canal 33, donde al lado del también escritor Emili Manzano, recomendaba lecturas y opinaba sobre novedades editoriales.

Cuando en el año 2012 recibió el Carles Riba, sin abandonar nunca la fina ironía, comentó que quien hacía al poeta y al escritor era siempre el lector y remataba que en Tornar és lluny hablaba de sí mismo con la intención de que todos los que lo leyeran pensaran que hablaba de ellos.

Francesc Garriga, que también dirigió la edición castellana de la revista de arte FMR. En una entrevista, manifestó: "Cuando vine a Madrid solo tenía en mente trabajar y es lo que hago y me estoy dando cuenta que debería hacer otras cosas. Ya la conocía. Pero es cierto que solo voy de casa al trabajo, del trabajo al Santiago Bernabéu, de casa al aeropuerto y vida hago muy poca. Lo que si me doy cuenta que es una ciudad muy viva, mucho más que Barcelona. La vida es divertida en Madrid si uno quiere".

Francesc Garriga estaba a punto de publicar el poemario Swing.