El guardia civil Raúl R. P., acusado de matar a su mujer de un tiro en la sien, aseguró ayer que ella se suicidó y que su pistola reglamentaria estaba en casa, aunque estaba de baja, porque la usaban en juegos eróticos. Por el contrario, un médico y un técnico del Summa y una amiga de la fallecida contradijeron esa versión. La Sección 27 de la Audiencia Provincial de Madrid celebró ayer la segunda jornada del juicio contra el agente, que está en prisión desde el 7 de junio de 2013 por el asesinato de su mujer.