El Equipo contra los Robos en el Campo (Roca) de la Guardia Civil concluyó una investigación, que se inició el mes de diciembre de 2014, sobre la supuesta sustracción de cobre en Gran Canaria que se saldó con la detención de 13 personas por delitos de falsedad documental, apropiación indebida y robo con fuerza. Los arrestados, todos ellos de nacionalidad española, tienen entre los 31 y los 45 años.

La investigación comenzó en diciembre del pasado año a raíz de varias informaciones recopiladas sobre la presunta utilización de un sello oficial de una empresa de electrónica en la venta de gran cantidad de cobre, según informó ayer la Comandancia de Las Palmas a través de un comunicado.

Los supuestos autores de los robos empleaban el sello referido para dar apariencia legal de la venta ya que dicho material había sido sustraído.

De esta manera, el equipo Roca procedió a la detención de cuatro personas los días 3 y 4 de diciembre como supuestas autoras de un delito de falsificación documental, con la que llegaron a vender 400 kilogramos de material de cobre, el cual fue recuperado por el instituto armado. Los supuestos autores no tenían relación laboral con la empresa propietaria del sello en cuestión.

Después de la primera detención, el equipo de la Benemérita prosiguió con la investigación para localizar a las personas que suministraban el material a los primeros detenidos.

De esta manera, los guardias civiles llegaron a relacionar a antiguos y actuales trabajadores de una empresa de mantenimiento y reparación de instalaciones eléctricas en Gran Canaria. Así, comprobaron que los ladrones aprovecharon su vinculación laboral con la empresa de mantenimiento para robar entre finales de 2013 e inicios de 2015.

A raíz de la investigación desarrollada, los agentes procedieron a la detención de nueve personas entre los pasados días 15 de mayo y 2 de junio, a las que se han imputado delitos de robo con fuerza en las cosas y apropiación indebida.

Todos los detenidos están acusados de haber cometido el supuesto robo de alrededor de cuatro toneladas de cableado y otros tipos de materiales de cobre, además de otros 15 ilícitos penales.

Finalmente, cabe indicar que los investigadores calcularon que la cantidad total de cobre sustraído en las quince ocasiones, y que luego fue vendido, asciende a unos 4.000 kilos.