La pequeña miraba en medio de la oscuridad con cara angelical y de curiosidad a los policías y al personal sanitario. Se encontraba en aparente buen estado de salud. Y se convirtió en la cara más amable de la cruda realidad. Una patera con 42 inmigrantes subsaharianos que había salido hace entre tres y cinco días de Nuadibú, en Mauritania, llegó a las 20 horas de anoche a la playa de Montaña Arena, en San Bartolomé de Tirajana, con un buen estado de salud general, aunque algunos mostraban signos de agotamiento. Entre ellos se encontraba una mujer embarazada.

La embarcación con un total de 42 viajeros, entre los cuales había seis mujeres y la menor, fue detectada por un pesquero en la costa sur, que recibió también la ayuda de una embarcación de recreo para su remolque hasta tierra. El amplio despliegue con Cruz Roja, Policía Nacional, Salvamento Marítimo, Servicio de Urgencias Canario, Policía Local y el apoyo también de la Guardia Civil de Tráfico se realizó en Montaña Arena, coincidiendo con familias de campistas alojadas en esta cala situada entre Pasito Blanco y Arguineguín.

La pequeña, cuya edad se estima entre los dos años y medio y tres, permanecía en brazos de una agente policial, ya con la noche cerrada. Su madre iba en este viaje en patera.

Uno de los inmigrantes aseguraba que había salido de la ciu-dad mauritana hace cinco días. Sin embargo, Cruz Roja cree que llevaban en el mar unos tres días, tanto por el buen estado que presentaban sus ocupantes como por el seguimiento que se había realizado ya de esta embarca-ción hace días. Tan sólo alguno descansaba en el suelo por el cansancio, ya que en su mayoría permanecían hablando y en aparente buen estado, dentro del cansancio de este tipo de travesía en patera, en el que permanecen hacinados.

A la madre de la pequeña se le han realizado también pruebas genéticas para establecer la relación de parentesco. Según con-firmó anoche Cruz Roja, ambas estarán juntas, hasta que las autoridades decidan su futuro. Además, por motivos sanitarios, la mujer embarazada iba a ser evaluada por los médicos, para comprobar su estado de salud y el del feto.

En el grupo se encontraban senegaleses y mauritanos, aunque tampoco se descartan personas de otros países de origen.