Sergio Morate, presunto autor de los asesinatos de Marina Okarinska y Laura Morate, ingresó ayer en la prisión de Estremera (Madrid), un mes después de la desaparición de las dos chicas en Cuenca. Morate ha entrado a primera hora de la tarde en el Centro Penitenciario Madrid VII, de Estremera, después de que el magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Cuenca, Gonzalo Criado del Rey Tremps, decretara su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza.

A Morate se le imputa como presunto autor de los delitos de asesinato de las dos jóvenes, que fueron vistas con vida por última vez el 6 de agosto, cuando Marina y Laura fueron a casa del chico, expareja de la primera, para recoger sus pertenencias personales.

La comparecencia ante el juez instructor de Morate, que se celebró a puerta cerrada, comenzó pasadas las 11.00 horas y el detenido se acogió a su derecho a no declarar. Tras la decisión del juez, Morate salió a las 14.00 horas de los juzgados de Cuenca, a cuyas puertas le aguardaban un centenar de personas -entre ellos familiares de Marina y Laura-, que le han gritado "asesino", e incluso han arrojado varias botellas de plástico vacías al vehículo camuflado en el que era transportado el presunto asesino.

Estos vecinos, que han hecho guardia a las puertas de los juzgados desde primera hora de la mañana, han portado una pancarta en la que se leía: "Marina y Laura estamos con vosotras", e ilustrada con una fotografía de las dos jóvenes.

Morate ha salido de los juzgados de Cuenca con la misma ropa -gorra incluida- con la que llegó apenas once horas antes, y con los mismos gritos de los vecinos, ya que cuando el imputado entró en las dependencias judiciales conquenses, las 3.16 horas de la madrugada, también un grupo de vecinos le increparon. Tras abandonar los juzgados de Cuenca, el imputado ha sido trasladado directamente al Centro Penitenciario Madrid VII, de Estremera, donde ha llegado en un turismo conducido por agentes de la Policía Nacional y custodiado por dos furgones policiales.

Sergio Morate llegó a España pasada la medianoche de ayer procedente de Timisoara (Rumanía), donde fue entregado a la policía española por las autoridades rumanas. De esta manera se puso fin a la estancia del supuesto asesino en Rumanía, tras un proceso que se inició con su arresto el pasado 13 de agosto por la policía rumana en Lugoj, una localidad de menos de 50.000 habitantes, cerca de la frontera con Hungría.

La detención tuvo lugar por una orden europea de captura dictada por la Justicia española.

Las autoridades judiciales españolas tramitaron su extradición y la entrega de sus bienes, que incluyen su vehículo, un Seat Ibiza verde, con el que se trasladó hasta Rumanía y en el que los investigadores sospechan que se cometieron los crímenes.