Un vecino de Arrecife, José Luis Álvarez Rodríguez, de 48 años fue condenado por el juez a abonar 360 euros por haber cometido el delito de abandono de su perra, Tata, de la raza podenco canario, que fue recogida por una persona tras ser encontrada en una carretera de la capital lanzaroteña con graves heridas en los ojos y varias fracturas en la cabeza.

El propietario de este can compareció ayer, jueves, en el Juzgado y aceptó un acuerdo de conformidad con las penas que pedía la Fiscalía. Además, el juez ordenó que el dueño de la perra herida permanecerá inhabilitado durante seis meses para la tenencia de animales y el ejercicio de cualquier profesión relacionada con la custodia de animales. Además, Tata dejará de estar oficialmente bajo su custodia, como informó ayer La Voz de Lanzarote.

En relación al grave estado en que fue encontrada, no pudo "acreditarse" que fuera José Luis Álvarez Rodríguez quien le causó esas lesiones en la cabeza y en los ojos. Por este motivo, se le imputaba únicamente un delito de abandono y no se añadió el de maltrato animal.

El relato que la Fiscalía hacía de los hechos, que José Luis Álvarez Rodríguez aceptó y por tanto la sentencia considera probados, señala que el dueño de Tata faltó a "las más elementales" obligaciones que requiere el cuidado de un animal; y que "permitió que la perra quedara a su suerte entre el 16 y el 19 de noviembre". Por eso, el can fue encontrado vagando por una carretera de Arrecife gravemente herida.

Esta perra fue recogida el jueves de la semana pasada por otro vecino de Arrecife al encontrarla abandonada y herida en una carretera, por lo que la trasladó a la protectora de animales The Kennel Club con graves heridas, que según señaló la asociación llegaron a poner en peligro su vida.

Tata, a la que el personal de la asociación The Kennel Club le había dado el nombre de Angelique, tenía fracturado el cráneo en tres puntos distintos y la cara hinchada y magullada. Eran especialmente graves las heridas que tenía en los ojos. De hecho, la veterinaria tuvo que extirpárselos y la podenco ha quedado ciega, como resaltó La Voz de Lanzarote.

La citada asociación protectora de animales fue la que denunció a través de las redes sociales el hallazgo de este animal en mal estado de salud. Tras ello, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil iniciaron la investigación y, con la colaboración de la Policía Local, pudo poner a disposición judicial al propietario de la perra, la cual llevaba el microchip puesto.

El caso de esta podenco desató la solidaridad de miles de personas, que firmaron una petición en SosVox solicitando que la Fiscalía investigara lo que le sucedió.

Además, este suceso provocó también la indignación de los cazadores de la isla de Lanzarote, que a través de la Nueva Sociedad de Cazadores de Lanzarote tildaron de "salvaje y despreciable" el trato que recibió.