La autopsia practicada en la mañana de ayer en las instalaciones del Instituto Anatómico Forense a Rosario Reyes, de 45 años y a su hijo Bryan, de 6, revela que ambos murieron tras la inhalación del humo por el incendio que se produjo en su domicilio situado en los apartamentos Los Dragos de Ten-Bel, en la localidad de Costa del Silencio del municipio tinerfeño de Arona; durante la madrugada del martes.

Los patólogos forenses que participaron en la necropsia hallaron restos de hollín en la tráquea de la mujer, lo que indica que su fallecimiento fue accidental, despejando con ello cualquier atisbo de duda acerca de una muerte violenta o de que planease ella el hecho, según fuentes cercanas al caso.

Por su parte, el informe de la Unidad de Criminalística de la Guardia Civil, en concreto el Equipo de Investigación de Incendios de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife, se inclina porque el origen de las llamas pudo deberse a una colilla mal apagada y que prendió en alguna prenda combustible que pronto alcanzó grandes dimensiones.

Además, se pudo dar la circunstancia de que cuando el fuego comenzó las dos víctimas mortales estarían durmiendo, por lo que su capacidad de reacción ante las llamas quedó sensiblemente mermada. Sólo Bryan tuvo tiempo de salir a la terraza y pedir auxilio. Sus gritos fueron escuchados por los vecinos del piso bajo que de inmediato acudieron a prestarles auxilios.

Mientras unos empleaban una manguera de riego para los jardines otros tomaron distintos extintores. Las rejas ancladas para evitar la acción de los ladrones acabaron por convertir el inmueble en una ratonera sin salida. Rosario Reyes aun tuvo tiempo de colocarse tras la puerta del baño a la espera de que las llamas no llegasen hasta allí o que pudiese ser rescatada pronto puesto que este espacio se halla muy próximo a la entrada. Sin embargo, los vecinos no pudieron forzar las rejas por lo que optaron por abrir la puerta. Sin embargo, una llamarada alentada por la entrada de oxígeno a punto estuvo de alcanzarlos, por lo que el fuego acabó con la vida de madre e hijo.

Los bomberos del parque de San Miguel localizado a escasos diez minutos acudieron con celeridad con dos unidades, pero cuando llegaron solo pudieron rescatar en primer lugar el cuerpo de Brian y posteriormente el de su madre.

Este periódico trató de hablar el martes con el alcalde de Arona, José Julián Mena, para conocer su valoración sobre el luctuoso suceso, pero no atendió las llamadas.