El adolescente detenido en Tenerife después de que los restos de su padre aparecieran en el mar, repartidos en dos maletas, ha reconocido en su declaración que lo mató y descuartizó tras una pelea familiar, informó ayer a Efe el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento.

La familia, de origen brasileño, solo estaba formada por el padre, de 37 años, y el hijo ahora detenido, que tiene 16. Más allá del suceso, "muy llamativo por la forma de actuar del menor", el delegado del Gobierno ha destacado por la rapidez de las pesquisas de la Guardia Civil para resolver este parricidio y ha especificado que el propio menor ha reconocido "ser el autor de esos hechos".

El padre se llamaba Silva Augusto Cado y en septiembre cumpliría los 37 años. Residía en Bruselas, ciudad a la que se trasladó por motivos laborales, cuando los atentados de febrero de los que escapó. En la noche del pasado lunes murió asesinado por su hijo de 16 años, en el domicilio que ambos ocupaban en el barrio de Salamanca, en la capital tinerfeña. Regresó a la Isla para poder estar junto al menor al que trajo de su país natal con 10 años. Un hermano del fallecido que reside en Madrid llegaba ayer a Tenerife.

Silva Augusto llegó a Tenerife hacía unos 18 años y sus primeros trabajos fueron como autónomo dedicado a las reformas de construcción. Atrás dejaba su ciudad natal, Maringá, municipio del norte del Estado brasileño de Paraná. Una ciudad en reciente proceso de urbanización y planeamiento, y que fue fundada en 1947. Poco a poco y con ayuda de otros amigos brasileños, Silva Augusto logró independizarse y abrir su pequeña de empresa de reformas con la que lograba ganarse la vida.

Algunos de sus conocidos se mostraron apesadumbrados por la muerte de este hombre del que todos coincidieron en que se trataba de una gran persona, muy humilde, de corazón abierto, trabajador y sencillo, y al que le gustaba mucho la fiesta. De hecho, el pasado domingo acudió a la romería de San Isidro, en La Orotava.

Un mendigo

Uno de sus mejores amigos que reside en La Laguna estaba ayer abatido y se preguntaba qué le pudo pasar a su hijo por la cabeza para llevar a cabo ese hecho tan macabro. Contó un detalle de como era su forma de ser. "En una ocasión encontró a un mendigo durmiendo bajo una escalera y le dijo,' usted no va a dormir más ahí.' Y lo subió hasta su domicilio".

El adolescente, detenido después de que los restos de su padre aparecieran en el mar, reconoció en su declaración que lo mató y descuartizó tras una pelea familiar. El parricidio sucedió el lunes cuando ambos discutieron. En un momento determinado el menor cogió un cuchillo y lo apuñaló mortalmente.

Luego utilizó una radial con el que desmembró el cadáver que depositó en dos maletas. En una de ellas introdujo el tronco de la víctima y en la otra partes de sus extremidades. La primera fue encontrada en la tarde del martes por un equipo de buzos de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife en la playa de Valleseco de la capital.