Un hombre tremendamente apegado a la vida rural, alejado de las grandes urbes, convencido de que hay una vida más allá de las ciudades. Así era y pensaba Francisco José Santana Álvarez (Telde, 54 años), el agente forestal fallecido mientras trabajaba en la extinción del incendio que quema la isla de La Palma. Natural de la playa de Melenara, en el municipio grancanario de Telde, Fran Santana, como era más conocido, desplegó su modo de ver la vida entre los jóvenes que hace unos años se iniciaron en el ecologismo.

También lo demostró con su ejemplo: en Guguy chico, primero, y luego en Siberio nacieron sus cinco hijos, pero estos alejados parajes no impidieron que llevara una vida donde la crianza de los hijos, los estudios o el cultivo de la tierra no son incompatibles, sino realizable y más sano.

El mazazo por la muerte de Santana Álvarez traspasó ayer la mera nota de reconocimiento por su labor- Cabildo de Gran Canaria y Ayuntamiento de Telde expresaron su pesar por la pérdida de este teldense afincado desde hacía más de una década en La Palma-, ya que familiares, compañeros y amigos, entre ellos Álvaro Monzón, escritor, ecologista y concejal de Más por Telde en la corporación de su ciudad natal, mostraron su abatimiento y emoción por el drama. Una de sus primas apenas podía ayer articular palabra sin que la voz se le entrecortara al preguntársele por cómo era su familiar. "¡Qué quiere que le diga sobre él, era muy buena persona y es una tragedia lo que ha pasado!"

El mayor de seis hermanos, los padres de Fran Santana son originarios de Melenara, aunque a él ayer en el barrio costero varios de los vecinos aseguraban que les sonaba la cara, pero que no se acordaban mucho. "Me parece haberle visto alguna que otra vez", indicó Juan Calixto, un vecino de 80 años nacido y criado en Melenara. María del Carmen Santana, propietaria del restaurante La Rubia tampoco recordaba conocerlo, así como a sus familiares. "He nacido y me criado aquí y no me suena la cara", comentó.

Más en la memoria y en el ánimo lo tenía Álvaro Monzón. El escritor medioambiental y amigo de Santana Álvarez lo definió así: "Fran marcó un estilo de vida siempre unido a la naturaleza". En su opinión, "fue capaz de renunciar a las comodidades de la metropolis y del siglo XXI para conectar con el mundo rural, bucólico y exuberante, siempre unido a la naturaleza canaria."

Monzón recordó que "a los jóvenes que por aquel entonces empezabamos con la ecología nos enseñó que es posible vivir en contacto con la naturaleza, estudiar, criar una familia, cultivar la tierra. Hasta que no terminó los estudios de Derecho y aprobó las oposiciones de Agente de Medio Ambiente, no abandonó aquel lugar remoto de Tejeda. Veterano y curtido, Fran nos escuchaba con mucha paciencia y después sus consejos siempre eran acertados".