El círculo finalmente se va cerrando. La Brigada de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría Provincial trabaja sobre la identidad de una mujer que desapareció hace cinco años y de la que tienen una denuncia de sus familiares, así como el ADN hallado en las bolsas que fueron localizadas en el barranco de Santos de la capital tinerfeña el pasado 7 de julio, cuyos resultados aun no han llegado a la Isla. Paralelamente, la Policía tiene localizado al que sería el presunto autor de la muerte de esta mujer, un varón con múltiples antecedentes y que cumple condena en prisión por otra muerte y al que todavía le quedan bastantes años en la cárcel, según pudo saber la opinión de tenerife en fuentes cercanas al caso, quienes no quisieron revelar más datos acerca de la causa de su muerte y la forma en la que fue asesinada.

A pesar de la dificultad que entraña el averiguar cualquier noticia sobre este macabro hallazgo ya que el sumario continúa declarado secreto, las primeras pistas las aportó la denuncia de los familiares de la víctima, de la que no tenían noticias desde hacia un quinquenio. Los restos, hallados por siete jóvenes que caminaban esa tarde por el barranco de Santos, contaban todavía con pelos de los cuales los investigadores pudieron extraer muestras de ADN. Además, conservaba algunas piezas dentales.

Las fuentes consultadas por la opinión de tenerife aseguraron que "hasta que no lleguen los resultados de las muestras tomadas al cadáver no se le podrá poner nombre y apellidos a la víctima, al menos de manera oficial".

En cuanto al presunto autor tampoco pudieron agregar nada más. Lo que sí parece ser es que el supuesto asesino mantenía alguna relación con la fallecida, lo que habría llevado a los policías a investigar a todas aquellas personas que convivieron con la víctima y este se ajusta al perfil. No ha trascendido si los agentes se han entrevistado en prisión con este sujeto.

Como se recordará, el cadáver troceado en dos partes apareció en el interior de dos petates. Uno de ellos contenía el cráneo y el otro las extremidades y el tronco.