Un banquero en paro, de 56 años y vecino de la Pobla de Vallbona, había dedicado sus últimos cuatro años de vida a atracar sucursales bancarias de la provincia de Valencia y Teruel. Así se había apoderado de un botín de más de 276.000 euros en al menos once asaltos que se le han podido imputar, aunque se sospecha que habría podido cometer varios más.

Agentes del Grupo de Atracos de la Policía Nacional de Valencia, en una operación conjunta con la Policía Judicial de la Guardia Civil de Valencia y Teruel, tenían identificado al sospechoso desde hace meses y lo mantenían vigilado a la espera de que volviera a actuar para pillarlo in fraganti.

No obstante, el presunto atracador falleció por causas naturales el pasado 12 de julio en Paterna, justo días antes de que los investigadores decidieran reventar la operación contra uno de los mayores atracadores valencianos de la última década.

Así, tras conocer el fallecimiento del único sospechoso, quien actuaba solo en sus golpes a cara descubierta o con unas meras gafas de sol, los agentes realizaron un registro en su domicilio, un chalé en una urbanización de la Pobla de Vallbona. En el mismo los investigadores hallaron la chaqueta que utilizó en varios de sus atracos y la pistola simulada con la que intimidaba a sus víctimas. Además, varias víctimas habían reconocido previamente su reloj con el mismo que portaba el atracador.

Robando desde 2012

Este padre de familia separado y exempleado de una sucursal bancaria de Teruel había convertido los atracos a bancos en su forma de vida desde el año 2012.

Los investigadores han esclarecido hasta once robos con violencia e intimidación en entidades bancarias de Valencia (siete de ellos) y Teruel (otros cuatro). Tres de los atracos se produjeron en Valencia ciudad y el resto en la Pobla de Vallbona, Burjassot, Marines, Macastre y en los municipios aragoneses de Sarrión, Rubielos de Mora, Bronchales y Villastar.