Asalto de película en Playa del Inglés. La Policía Nacional detiene a cuatro integrantes de una banda especializada con integrantes de distintos países que robó con extrema violencia en una joyería de la costa turística del Sur de Gran Canaria un amplio muestrario de piezas de oro valoradas en más de 935.000 euros. Uno de los atracadores, que usó una máscara de silicona para ocultar el rostro, dejó tumbado en el suelo con graves heridas en el rostro al propietario tras atarlo.

El grupo tenía su misión bien delimitada. La mujer española de 33 años se encargó de las tareas de vigilancia de la joyería durante varios días. El compañero de nacionalidad rusa y 42 años protagonizó el asalto. El mayor, un italiano de 49 años, tenía la misión de vender de la mercancía; y el cuarto integrante de 33 años fue el encargado de la logística, y de la compra a través de una página de Internet de las máscaras de silicona empleadas en el robo. Y cada uno cumplió con su misión, aunque el plan naufragó antes de poder desprenderse de toda la mercancía.

Los detalles se conocen ahora, tras decretarse el levantamiento del secreto del sumario, pero acaecieron el 8 de abril. Según la Policía Nacional, un hombre pidió esa noche ayuda, ya que se había encontrado cerrada la joyería de su padre, ubicada en un centro comercial de Playa del Inglés, y desde el exterior solo pudo observar un gran charco de sangre en el suelo junto al mostrador.

Tras forzar la puerta del local, hallaron al dueño con las manos atadas a la espalda y tumbado en el suelo, con hematomas y cortes en la cabeza, y un coágulo encefálico, por lo que fue traslado de urgencia hasta el Hospital Insular de Gran Canaria, donde quedó ingresado.

En el robo se habían apropiado de 130 anillos, 60 cadenas, 54 pendientes, 38 colgantes y la misma cantidad de pulseras, y 13 relojes, todo de oro, valorado en más de 935.000 euros.

Los investigadores pusieron sus sospechas sobre esta banda especializada en robos de joyerías. Ese trabajo permitió identificar a la mujer, antes llegar hasta la persona que asaltó el negocio, pese a que en el atraco llevaba gafas, un gorro, y guantes para impedir su identificación. A su vez, localizaron algunas de las piezas sustraídas, que habían sido vendidas por otro de los integrantes en distintos puntos especializados de la Isla.

La Autoridad Judicial ordenó el 9 de junio la entrada y registro en el domicilio de dos de los miembros del grupo en un complejo turístico de Sonneland. Allí hallaron una pistola simulada, dispositivos de seguimiento por satélite (GPS), prismáticos, inhibidores de frecuencia, matrículas falsas, ganzúas, 11 teléfonos móviles, tres tabletas electrónicas y dos ordenadores portátiles, más joyas, y las prendas de ropa y las máscaras de silicona que supuestamente utilizó el hombre de nacionalidad rusa la noche del asalto para evitar ser identificado por las cámaras.