Más de 20 personas fallecieron ayer en Etiopía como consecuencia de una estampida en una fiesta tradicional después de que la Policía empleara gases lacrimógenos para dispersar una protesta en la región de Oromia.

Una multitud celebraba en la localidad de Bishoftu, a unos 40 kilómetros de Adis Abeba, la Irrecha, la gran ceremonia anual de los Oromo, el mayor grupo étnico del país. En medio de esta fiesta, algunos asistentes agitaron banderas de la región y corearon consignas contra el Gobierno, al que acusan de persecución injustificada.

Fue entonces cuando la Policía intervino y utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, lo que provocó el pánico entre la multitud, según aseguró un activista social que se encontraba en el lugar y que prefirió mantener el anonimato, según dijo, por miedo. "La gente empezó a correr y algunos cayeron en zanjas de unos 15 metros de profundidad. Otros cayeron unos encima de otros, lo que empeoró la situación", relató este testigo, que aseguró que al menos una veintena de personas murieron en el acto.

Sin embargo, la cifra de víctimas no está clara, ya que el partido opositor más importante en la región, el Congreso Federalista Oromo (OFC), asegura que podría haber más de cincuenta muertos. En este sentido, criticó la actuación de las fuerzas de seguridad, a las que atribuyó la responsabilidad de este trágico suceso.Incluso antes de que empezaran las protestas, algunos medios locales aseguraron que varios helicópteros sobrevolaban la zona para vigilar el transcurso de esta ceremonia tradicional.

El Gobierno etíope, por su parte, confirmó en un comunicado que varias personas murieron durante los momentos de "caos" y "disturbios" que se vivieron en Oromia entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. Sin embargo, no ha ofrecido aún ninguna cifra oficial de víctimas mortales.