Siete personas murieron y medio centenar resultaron heridas ayer al descarrilar un tranvía en una estación en el sur de Londres. La Policía británica detuvo al conductor.

El tren se salió de la vía sobre las 06.10 GMT, una hora en la que los vagones están muy concurridos, cuando circulaba "a una velocidad significativamente mayor de la permitida", según las pesquisas iniciales de la agencia del Gobierno que investiga accidentes ferroviarios (RAIB, en inglés). El tren descarriló cuando tomaba una "pronunciada curva hacia la izquierda" que tenía un límite máximo de velocidad de 12 millas por hora (19,3 kilómetros por hora), según la investigación que trata de esclarecer las causas del accidente. El accidente ocurrió en una hora punta y numerosos pasajeros quedaron atrapados en el interior de los vagones volcados.

El conductor, de 42 años, fue arrestado como sospechoso de homicidio involuntario, mientras las autoridades trabajan para determinar si se quedó dormido. Los servicios de emergencia se desplazaron al lugar del suceso, una curva cercana a la estación de Sandilands, en el popular distrito de Croydon, para tratar de rescatar a diversas personas que habían quedado atrapadas.

El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, visitó el lugar del siniestro durante la tarde de ayer y no descartó la posibilidad de que el número de muertos "podría aumentar" con el paso de las horas.

El Servicio de Ambulancias de Londres informó de que ocho personas permanecen en estado grave, mientras que un total de 50 fueron atendidas en dos hospitales. Ese servicio, que transita entre New Addington y Wimbledon, comenzó a operar en mayo de 2000.