La Guardia Civil investiga si un cadáver hallado el pasado domingo en la playa del Dosel, en Cullera, pertenece a Marcos Pérez de la Torre, de 36 años, desaparecido en Ibiza en noviembre pasado junto a su novia, la brasileña Katia Ferreiras Santos, de 34, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el 18 de diciembre en esa misma playa, apenas un kilómetro y medio más al norte. El avanzado estado de putrefacción -apenas queda el esqueleto- está complicando la identificación, que deberá hacerse a partir del ADN. La pareja desapareció en la Cala Llonga, de Santa Eulària des Riu, al norte de la ciudad de Ibiza, en la costa este de la isla, entre el 17 y el 18 de noviembre en circunstancias que continúan sin ser aclaradas.

El segundo cadáver -el esqueleto incompleto de un hombre- fue encontrado el pasado domingo en la playa del Dosel, cerca del faro de Cullera, por una persona que estaba paseando y que alertó al 112. Emergencias envió de inmediato a la Policía Local y a la Guardia Civil de Cullera, que corroboraron que se trataba de restos óseos humanos.

Agentes del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Sueca se desplazaron a la playa para realizar la correspondiente inspección ocular mientras el forense examinaba el cuerpo y el juez de guardia de Sueca ordenaba el levantamiento y posterior traslado del cadáver al Instituto de Medicina Legal (IML) de Valencia.

Según ha podido saber el diario del Grupo Prensa Ibérica Levante-EMV de fuentes de toda solvencia, el cuerpo ya no conservaba apenas tejidos blandos y había perdido toda la ropa, por lo que no hay ningún elemento que permita aventurar una identidad provisional. Eso sí, el hecho de que se trate de un hombre, que el cuerpo esté en un estado muy avanzado de descomposición -compatible con el hecho de llevar muchas semanas en el mar- y el punto donde ha arribado a la costa hacen pensar a la Guardia Civil que podría tratarse de Marcos Pérez.

De hecho, los investigadores barajaban desde el inicio que tanto Katia como Marcos cayeron, accidental o intencionadamente -en el caso de que se trate de un homicidio- al mar en Santa Eulària des Riu al mismo tiempo. Y los más pesimistas incluso temían que el cuerpo de Marcos no llegase a ser encontrado nunca -no todos los cadáveres que caen al agua terminan aflorando en la costa-.

La autopsia comenzará este martes

Aunque el cuerpo fue trasladado de inmediato al IML, los forenses han pospuesto para este martes el comienzo de la autopsia, que se prevé larga y compleja a tenor del estado en que se encuentra el cadáver. Una de las primeras acciones será someter los restos óseos a un examen radiológico para descartar o confirmar disparos u otras evidencias -lesiones, contusiones, fracturas,...- de una muerte violenta. Así mismo, es prioritario tomar muestras de ADN, posiblemente del fémur, que serán enviadas al laboratorio de la Comisaría General de Policía Científica de la Policía Nacional para que sea cotejado con el perfil genético de la madre, ya que fueron agentes de ese cuerpo quienes le tomaron muestras a la progenitora tras denunciar la desaparición de su hijo en la comisaría de Móstoles (Madrid).

El caso está siendo investigado por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría de Ibiza, ya que las gestiones realizadas por este cuerpo estaban más avanzadas que las de la Guardia Civil, que recibió en su puesto ibicenco de San Antoni la denuncia por desaparición de Katia diez días después de que la Policía Nacional abriese una investigación tras la denuncia de la madre de Marcos en Móstoles.

De momento, los forenses aún no se han pronunciado sobre las causas de la muerte de la chica, por lo que, de confirmarse que este segundo cadáver es el de Marcos, el caso podría verse reactivado en el caso de que esta autopsia acaba aportando información más determinante que la primera.