La Policía Nacional cree que el presunto asesino de la viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM) Vicente Sala "tuvo tiempo para lavarse y ocultar el arma" en su casa tras el crimen para "posteriormente deshacerse de la misma ya con cierta tranquilidad". Así lo recoge un informe policial fechado el pasado 8 de febrero, el mismo día de la detención de Miguel López, yerno de la víctima.

En ese documento, la Unidad de Delincuencia Económica y Violenta (UDEV) resume los indicios que, hasta esa fecha, inculpaban al sospechoso y por los que solicitaban al juez José Luis de la Fuente una orden de registro de su domicilio y del concesionario que regenta, Novocar, donde María del Carmen Martínez fue asesinada el pasado 9 de diciembre.

Según los agentes, el detenido, que está en prisión desde el pasado viernes, tenía un "claro motivo para matar" a su suegra, pues la "tensión familiar era insostenible, especialmente para él" ya que "su negocio podía estar en peligro". En esta línea, apunta el informe, "la lucha por dinero y poder" en el seno de la familia "queda fuera de toda duda, como atestiguan los acontecimientos" sucedidos en las juntas de accionistas de las empresas.

Sin embargo, el arrestado negó esos problemas familiares cuando fue interrogado, pese a que los problemas eran "evidentes y graves hasta el punto de encontrarse la familia dividida en dos bandos y proferirse amenazas contra la abuela por parte de algunos de los nietos".

Son precisamente dos de esos nietos, hijos de Miguel López, quienes se mostraban "más beligerantes" con la mujer y exhibían hacia ella "un gran sentimiento de odio y rencor" que, en opinión de los investigadores, "solo se entiende" por lo que su padre les "inculcó" y lo que "vivieron en su casa". El mayor de estos jóvenes publicó en una red social una foto suya en la que escribió "jaque mate" horas después de la muerte de su abuela.