Dos hijos de la viuda de Vicente Sala, expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), que murió el pasado mes de diciembre de dos tiros en la cabeza; la hermana de la fallecida y empleados del lavadero de coches donde se produjo el crimen, testificaron ayer en la primera ronda de declaraciones ante el juez instructor del asesinato. Ninguno de ellos quiso hacer declaraciones a su salida, pero en su día sus testimonios ya habían contradicho la versión del único acusado, uno de los yernos de la fallecida, que continúa en prisión.

El testimonio de María Antonia Martínez, abrió por la mañana la primera ronda de declaraciones. Vestida de riguroso luto y visiblemente emocionada, declaró durante casi una hora. Esta testigo se marchó entre lágrimas horas al tiempo que rechazaba contestar a las preguntas de los periodistas.

Ella fue quien el día del crimen llevó a María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de Caja Mediterráneo, hasta el concesionario que regentaba el presunto homicida y en el que se produjo el asesinato. En su primera declaración ya había afirmado que estaba segura de que Miguel López era culpable, a la vez que contradijo la versión del sospechoso en algunos aspectos esenciales.

Posteriormente declararon cinco empleados del concesionario. Uno de ellos, que ejercía de encargado, afirmó en su momento que el día de lo hechos, Miguel López le había encomendado otras tareas fuera del concesionario. El jefe de taller manifestó que fue él quien avisó a López de que su suegra había sido tiroteada. El acusado, sin embargo, había declarado que sólo le advirtió de que a su suegra le había pasado algo.

Otro empleado, que hacía las veces de jefe de taller, explicó a los agentes que había telefoneado a López para avisarle de que su suegra había sido tiroteada cinco minutos antes de las 19 horas.

Estas manifestaciones contradicen también la versión dada por el yerno arrestado, ya que sostuvo que su empleado solo le alertó de que a su suegra le había pasado algo y estaba ensangrentada, pero no que hubiera casquillos de bala en el suelo.

Los días 3 y 6 de marzo declararán más testigos, entre ellos las otras dos hijas de la víctima.