Ayoze Gil, el autor confeso de matar a Yurena López el pasado jueves en Telde, envolvió el cadáver de su novia con papel de film transparente y cinta aislante, y lo introdujo en el maletero de su Seat Ibiza antes de entregarse a la Policía. Los investigadores tratan de determinar si el detenido trató de deshacerse del cuerpo después del homicidio. Por su parte, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria practicaron en la mañana de ayer la autopsia a la víctima, en la que se confirmó que murió asfixiada por estrangulamiento.

Las pesquisas llevadas a cabo por la Policía Judicial de la Comisaría de Telde y por los miembros del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Canarias están avanzadas. Gil cometió el crimen el viernes en una finca que su familia tiene en Lomo La Plana, a escasos 100 metros de la carretera GC-130 que conecta Telde con la Cumbre. Allí, supuestamente, mantuvo una discusión con su pareja sentimental, quien durante los últimos días había expresado a sus allegados su deseo de romper la relación que mantenía con el ahora arrestado desde hacía al menos dos años. Esto motivó el crimen. Ayoze Gil, de 34 años, cogió por el cuello a Yurena López, de 23, y la estranguló hasta asfixiarla. Después, embaló el cuerpo con papel plastificado y cinta aislante, y lo introdujo en el portabultos.

Estos hechos pudieron ocurrir horas antes de que el homicida se presentara en casa de sus padres, en la caretera que cruza el barrio de Lomo Magullo, y confesar ante su madre todo lo ocurrido, según indicaron fuentes cercanas a la investigación. La progenitora fue quien le animó a bajar a la Comisaría de Policía Nacional de Telde para entregarse. Así, los agentes acudieron hasta el lugar donde ocurrieron los hechos y comprobaron que en la parte trasera del turismo yacía el cuerpo de la joven, procediendo de inmediato al arresto de Ayoze Gil como presunto autor de un delito de homicidio.

Los investigadores regresaron ayer hasta los distintos escenarios del crimen para recoger más pruebas que incorporar a la causa. Asimismo, se interrogaron con los miembros de ambas familias, tanto del homicida confeso como de la fallecida. Mientras tanto, los forenses realizaron por la mañana la necropsia al cadáver, certificando que murió estrangulada y que no tenía ningún otro signo de violencia. Uno de los términos que falta por decidir es si Yurena López trató de zafarse de su verdugo.

El barrio de Lomo Magullo se levantó ayer consternado con la noticia. Varias vecinas indicaron que solían ver a la pareja por la plaza, donde habitualmente hablaban con el grupo de amigos de Gil. Y mostraron su desconcierto por el crimen ya que, aseveraron, el autor confeso es una persona afable, que trabaja como agricultor junto a su padre y que lo conocen de toda la vida puesto que la familia reside en esta localidad de las medianías de Telde desde su nacimiento. Sobre la fallecida apenas pudieron precisar nada, sólo que desde hacía dos años estaba viviendo con la familia de su novio en una casa situada en la carretera general.

En la zona de Lomo de La Palma Gil y López también era reconocidos por los pocos habitantes porque solían acudir a diario para dar de comer a varios perros que cuidaban la finca familiar. Los vecinos alegaban que siempre se les veía juntos sin que en ningún momento sospecharan que hubiera diferencias entre ambos. Sin embargo, las amigas de la fallecida aseguraron que durante las últimas semanas se había producido un cierto alejamiento en la pareja, con varias discusiones sobre la relación que supuestamente fueron el germen de lo ocurrido.

A la espera de que finalice la investigación policial, el cuerpo de Yurena López es velado en el tanatorio Las Rubiesas de Telde. A las 16.30 horas de hoy está prevista la salida de la comitiva fúnebre hacia la iglesia de San Juan, donde se llevará a cabo una misa-funeral y posteriormente su cadáver será trasladado hasta el cementerio del mismo barrio teldense, en el cual se procederá a su entierro.

La joven, de solo 23 años, se ha convertido en la primera víctima mortal por violencia de género que se produce este año en Canarias y la décimo octava que tiene lugar en el territorio nacional.