La rotura de las tuberías de abastecimiento de combustible a buques que se produjo el viernes por la noche en el puerto de Las Palmas al embestir un ferry contra uno de los muelles ha provocado una mancha de más de 3 kilómetros de extensión.

Ello obligó a declarar formalmente en emergencia por riesgo de contaminación marina a las ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, en las que residen casi medio millón de personas, en conjunto.

Según ha informado el Gobierno canario, en un principio, el vertido motivó que se activase el Plan Marítimo Nacional, pero en este momento el nombre nivel de la emergencia se ha rebajado a escala insular (nivel 2) y su coordinación corresponde, por lo tanto, al Cabildo de Gran Canaria.

Durante la madrugada se ha constituido un comité de seguimiento que ya ha tomado algunas decisiones, como paralizar la desalnizadora de agua de la capital grancanaria, por precaución, lo que ha dejado por el momento sin suministro al barrio de Jinámar, que pasadas las 9.00 horas se empezaba a restablecerse.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, está siguiendo la situación en contacto con los miembros de ese comité, que volverá a reunirse a lo largo de la mañana.

Reuniones

A las 23.00 horas del viernes, cuando la mancha alcanzaba unos 500 metros de ancho por 3 kilómetros de largo, Capitanía Marítima activó el Plan Marítimo Nacional. Ante esta situación, el Gobierno de Canarias convocó al Centro Coordinador Operativo (Cecop) coordinado por la directora general, Nazaret Díaz, desde las salas del 1-1-2 Canarias en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Tal y como dispone el Plan Específico de Contingencias por Contaminación Marina Accidental (Pecmar), se convocó una reunión a las 03.00 horas a la que asistieron responsables del Cabildo de Gran Canaria, representantes de los ayuntamientos y policías locales de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, Bomberos de la capital, Emalsa y Gobierno de Canarias (Salud Pública, Medio Ambiente y Dirección General de Seguridad y Emergencias).

En el encuentro se acordó activar los recursos necesarios para dar una respuesta adecuada a la gestión de la emergencia de manera coordinada entre todas las administraciones implicadas. Una vez celebrada la convocatoria, se determinó activar el plan de emergencia a nivel insular, ya que la contingencia marina excede los límites geográficos de un municipio. Esto significa que la dirección de la emergencia recae a partir de ahora en el Cabildo de Gran Canaria.