El juez de instrucción 8 de Palma, Antoni Rotger, imputó a un ginecólogo de Palma por una supuesta negligencia médica que acabó con la mutilación de los labios vaginales de una joven, a la que sólo le tenían que extirpar un quiste. También imputó a uno de los responsables de la Policlínica Miramar de Palma, el centro donde tuvo lugar la intervención, para esclarecer si colaboró en la presunta manipulación del historial médico de la paciente para encubrir la mala praxis.

Los hechos empezaron a principios del año pasado cuando la denunciante acudió a la consulta del ginecólogo a través de su seguro médico. La mujer se quejó de molestias en su vagina y el médico descubrió que tenía un quiste del tamaño de una pelota de tenis y recomendó su extirpación.

La operación se programó para el 10 de febrero siguiente en la Policlínica Miramar. La paciente ingresó en la clínica, pero la intervención se prolongó unas dos horas, en vez de media hora. Tras pasar por una farmacia, regresó a su domicilio, donde la joven se miró la herida y comprobó que sus labios vaginales habían desaparecido, mientras que el quiste seguía en su sitio.