El piloto argentino de rallys Juan Alonso y su pareja llegaron ayer al Archipiélago después de pasar casi tres días encerrados en Madeira por la cancelación de los vuelos debido a los fuertes vientos. "Fue una situación fea, tres días a la deriva, secuestrados en el aeropuerto", describía anoche Alonso en el aeropuerto de Gran Canaria, donde tenía previsto pasar dos días antes de volver a su país. Ahora ha perdido la conexión con Madrid y, por ende, su vuelo a Buenos Aires, por lo que tendrá que hacer frente a los gastos de unos nuevos pasajes que superan los mil euros.

Esta pareja era una de las más de 10.000 personas afectadas por las inclemencias meteorológicas en el aeropuerto internacional Cristiano Ronaldo. La compañía Binter operó ayer con seis vuelos hasta la ínsula lusa desde Gran Canaria y Tenerife para atender a los aproximadamente 250 pasajeros que vieron cancelados sus vuelos.

Alonso explicó que la situación en las terminales de pasajeros era "muy difícil". "Había mucha gente que estaba tirada en el aeropuerto", añadía. Entre ellos se encontraban vascos, valencianos o madrileños, que vieron como sus conexiones a la Península fueron suspendidas.

Los británicos Elaine Norton y Earl Knapp, residentes desde hace cuatro años en el municipio de Mogán, también iban en el vuelo IBB9138 de la compañía isleña con el que regresaron a Gran Canaria tras casi tres días de más en Madeira. En su caso, decidieron hacerse cargo de los gastos que suponía ampliar en dos noches su estancia en el hotel en el que habían dormido durante su viaje por Madeira. Su queja se centró, sobre todo, en los precios desorbitados de los estancias debido a la alta demanda al quedarse miles de personas atrapadas. "Hemos pagado 234 euros por cada noche, pero había hoteles que pedían hasta 500 euros", declaraba Elaine Norton, quien añadía que, tras este viaje, "no pensamos volver a Madeira" debido al trato injusto que, en su opinión, le dispensaron tanto los diferentes establecimientos hoteleros como los transportes.

En este sentido, Binter ofreció a los clientes la posibilidad de acogerse a un alojamiento puesto por la propia aerolínea la noche del pasado lunes al martes o que los afectados contrataran su propio hotel hasta un gasto máximo diario de 150 euros, con comidas incluidas.