La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria detuvo este sábado por la mañana a un hombre reclamado por un juzgado de la capital al que encontraron durmiendo en una vivienda de la capital grancanaria después de haberla allanado.

Los hechos ocurrieron a las 7.25 horas de la mañana de este sábado, cuando un vecino del barrio de Ciudad Jardín, en Las Palmas de Gran Canaria, llamó al teléfono 092 de la Policía Local para informar de que acababa de observar cómo un hombre saltaba la tapia de un chalet cercano a su vivienda para acceder posteriormente a la zona ajardinada.

Tras la llamada los agentes de la Policía Local se personaron en el lugar de los hechos, donde el vecino les pudo explicar en persona lo que poco antes ya les había relatado a través del teléfono. En un primer momento los policías optaron por tocar en el telefonillo de la vivienda para que sus dueños les permitieran el acceso, pero al no obtener respuesta no tuvieron más remedio que saltar ellos mismos el muro para poder proceder a una inspección ocular.

Reclamado y durmiendo

Los agentes revisaron inmediatamente el espacio ajardinado que rodea el chalet y encontraron al hombre, de 26 años y que responde a las iniciales Y.P.T., durmiendo en una pequeña caseta de la zona verde. Como parte del protocolo que se sigue en este tipo de actuaciones procedieron a comprobar su filiación y fue en ese momento cuando se pudo detectar que el individuo había sido reclamado tres días atrás por un juzgado de Las Palmas de Gran Canaria.

En esos instantes fue cuando la dueña de la vivienda se despertó y descubrió lo que había pasado en su jardín sin que ella se diera cuenta. Los agentes procedieron a detener en ese mismo momento a Y.P.T., que a las causas por las que es ya era reclamado por la Justicia tendrá que sumar ahora un nuevo cargo, el de allanamiento de morada.

Esta misma semana la Guardia Civil en la localidad tinerfeña de Granadilla de Abona atendió un caso parecido cuando detuvieron a un hombre de 27 años después de que hubiera robado 100 euros de la recepción de un hotel y dos tarjetas de acceso a las habitaciones del complejo. Un empleado del establecimiento lo descubrió horas más tarde durmiendo en una de las estancias y llamó a la Benemérita, que procedió a su arresto inmediato.