Tras un día de trabajo agotador, la inglesa Laure Jordan decisión tumbarse en la cama junto a su pequeño. El cansancio hizo que se quedara dormida, provocando que horas después, al despertar, ya hubiese ocurrido lo peor. "Por su color sabía que no respiraba. Estaba frío. Empecé a gritar y mi marido se despertó", explicó. Los médicos explicaron que el calor corporal de ambos habría subido la temperatura del bebé hasta provocarle la muerte.