En el bloque del número 20 de la calle Manuel Alemán Álamo, en la parte del polígono de Jinámar situada dentro del término municipal de Telde, nadie quiere creer lo que ocurrió el pasado martes. Agentes de la Policía Nacional se presentaron en la octava planta y se encontraron con el cadáver ya podrido de Hilaria, una mujer de 89 años que había fallecido hacía once días, como declaró su nieto que se encargaba de cuidarla. Las primeras hipótesis apuntan a que la mujer pudo morir de hambre, según informaron fuentes judiciales, aunque se está a la espera de conocer los resultados de la autopsia para determinar la causa del fallecimiento. Se investiga además si el familiar presuntamente esperó a cobrar la pensión para dar a conocer los hechos. Este último, de 34 años, fue detenido por orden del juez por un presunto delito de homicidio en comisión por omisión, aunque posteriormente fue puesto en libertad con cargos.

Los hechos se remontan al pasado 17 de noviembre cuando Hilaria, natural de la Península, fallecía. David, uno de sus nietos, se encargaba de la atención desde hacía años debido a que la octogenaria se encontraba encamada. Este vecino de Jinámar omitió entonces alertar a la Policía o a los servicios médicos de la situación en la que se hallaba su pariente hasta que, finalmente, a mediodía del pasado martes se derrumbó, llamó a la Policía Nacional y relató lo ocurrido. En uno de los dormitorios de la vivienda yacía su abuela, que, según la declaración de su cuidador, había fallecido once días antes.

Los agentes se personaron en el lugar y comprobaron que el cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición. Al lugar también se desplazó una ambulancia, cuyos sanitarios atendieron al David por una crisis de ansiedad, según comentaron los propios vecinos, quienes resaltaron que durante los últimos días no habían observado nada extraño alrededor del piso ni tampoco habían olido el hedor que desprende el proceso de descomposición de un cadáver.

En libertad provisional

En ese momento, el juzgado de guardia de Telde, a cargo del magistrado Julio Wood, ordenó la detención del nieto por un presunto delito de homicidio en comisión por omisión al, supuestamente, no atender a su abuela. Sin embargo, ayer decidió ponerlo en libertad provisional con medidas cautelares a la espera del informe definitivo de la autopsia que determine las causas de la muerte. Entonces, el juez volverá a interrogar al nieto, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

En el portal donde residían David e Hilaria apenas tienen conocimiento de la vida de la segunda. Llegó hace años procedente de la Península y reside desde hace bastante tiempo junto a su nieto, que es el encargado de hacerle todos los cuidados después de que su padre, hijo de la octogenaria, falleciera hace décadas en un accidente de tráfico en Lanzarote. Asimismo, la anciana se encontraba postrada en una cama debido a las enfermedades que padecía, como recalcaron los vecinos. Esto obligaba al nieto a hacerse cargo tanto de su alimentación como de sus cuidados personales.

La vivienda se encuentra precintada por la Policía Nacional a la espera de la orden del juez para que su propietario pueda volver a acceder. Los agentes dejaron las ventanas abiertas para así airear el piso del hedor que se pudiera producir en la habitación donde se encontró el cadáver ya podrido. Los residentes próximos no se quejaron en ningún momento de malos olores durante los últimos días pese a que cerca de ellos se hallaba el cadáver.