Los vecinos de La Culata vieron en la mañana de ayer cómo quedaban incomunicados. Un desprendimiento sobre la carretera GC-608, la única vía que conecta este barrio tejedense con el resto de la Isla, provocó su cierre durante tres horas hasta que una máquina retroexcavadora retiró las piedras para que los vehículos pudieran circular. El derrumbe se produjo, en principio, debido a las lluvias registradas durante el pasado fin de semana en la cumbre de Gran Canaria.

El suceso ocurrió a media mañana, como indicó el alcalde de Tejeda, Juan Francisco Perera. Los servicios de carretera del Cabildo de Gran Canaria fueron alertados de inmediato para acudir al lugar donde se produjo la caída de rocas, entre los kilómetros tres y cuatro, para así tratar de restablecer el tráfico. Asimismo, agentes de la Policía Local de Tejeda y de la Guardia Civil también se personaron para colaborar en los trabajos.

Los operarios consiguieron en apenas tres horas retirar las piedras de grandes dimensiones que ocupaban el asfalto para liberar la circulación. Así, sobre la una de la tarde el tráfico volvía a la normalidad, aunque afectó a los residentes en este pequeño pago cumbrero y a quienes iban a pasar el domingo ya que la GC-608 es el único acceso para vehículos a motor.

El regidor, que achacó lo ocurrido a las primeras lluvias del otoño, apuntó que el desprendimiento no dañó el firme por lo que la incidencia fue menor.

Este municipio ya ha sufrido otros incidentes de estas características durante los últimos años que han ocasionado quebraderos de cabeza para sus habitantes. El año pasado la ruta más rápida que conecta los cascos urbanos de Tejeda y Artenara (GC-210) permaneció cortada un día por el riesgo de que un talud se precipitara sobre la calzada. Esta vía también quedó destrozada tras unas precipitaciones ocurridas en noviembre de 2014, que generaron un gran derrumbe que hizo que estuviera clausurada durante varias semanas.

Aunque el mayor desprendimiento se produjo en febrero de 2010 cuando un muro de contención en la carretera GC-60, que conecta el pueblo cumbrero con Tunte, se vino abajo tras un temporal de lluvias. El enorme socavón que se generó en la vía hizo que el Cabildo de Gran Canaria tuviera que actuar de urgencia para evitar que la incidencia afectara a los barrios situados en las faldas del Roque Nublo y el Bentayga, que se vieron alejados de Tejeda al quedar inutilizable la principal vía de comunicación, por lo que la ruta alternativa por Ayacata y la Cumbre suponía un incremento de tiempo de más de una hora en comparación al que realizaban hasta entonces para llegar a casco urbano. La GC-60 estuvo cortada al tráfico durante cuatro meses después de nueve semanas de obras.

Sólo tres días después de que se reabriera esta calzada, los vecinos de El Toscón y El Carrizal de Tejeda se vieron otra vez aislados por un nuevo desprendimiento. Ocurrió el 26 de junio de aquel 2010 a la altura del kilómetro 4 de la GC-606. Las enormes piedras sepultaron dos coches, aunque no hubo heridos. Los 200 vecinos de estas dos localidades se vieron obligados a coger una ruta alternativa por la carretera de las presas (GC-210) para llegar hasta Artenara y posteriormente alcanzar Tejeda. Este trayecto tiene una duración estimada de hora y media.