Joyas valoradas en 15.000 euros. Ese es el botín que consiguió un grupo de cinco jóvenes que el pasado mes de septiembre cometió un robo durante la celebración de una fiesta en el interior de un chalet situado en las inmediaciones del campo de golf de Bandama, en el término municipal de Santa Brígida. La propietaria del inmueble, que se encontraba de viaje durante los hechos, fue la que se percató de la falta de las alhajas e interpuso la denuncia. La Guardia Civil de San Mateo consiguió identificar a los presuntos autores, entre los que se encuentra un joven de 18 años al que se acusa de otros doce robos con fuerza y que es conocido por los agentes que patrullan por el municipio satauteño por delitos similares.

El suceso ocurrió en septiembre en una zona residencial. La dueña de la vivienda denunció ante el Instituto Armado que en su casa se había cometido un robo de abundante material precioso con un valor de 15.000 euros. Según las primeras indagaciones realizadas por los investigadores, el hijo de esta había organizado varias fiestas durante el tiempo que estuvo ausente su progenitora. En una de ellas invitó a un amigo que a su vez convidó a más personas. Durante la celebración, estos aprovecharon un descuido del habitante de la casa para así acceder a una de las habitaciones y hacerse con los efectos sin levantar las más mínimas sospechas, según indicaron fuentes municipales.

La madre se dio cuenta al llegar al domicilio de que habían sido víctimas de los amigos de lo ajeno, por lo que el pasado 16 de septiembre acudió a la Guardia Civil para denunciar lo ocurrido. Así, los funcionarios del cuerpo de seguridad estatal comenzaron la investigación, según informó ayer la Guardia Civil en un comunicado. Una vez realizadas las primeras pesquisas, el área de investigación del cuartel de San Mateo comprobó que las joyas sustraídas habían sido vendidas por cuatro personas en diferentes establecimientos de compraventa de objetos de segunda mano en Las Palmas de Gran Canaria entre los días 28 de septiembre y 4 de octubre.

Con estos indicios, procedieron a la detención de K. D. L. S., L. C. S. G., I. T. G. y A. J. H. T. como presuntos autores del delito de hurto de joyas, recuperando parte del botín, según resalta en la nota en la que se añade que en el transcurso de las diligencias los encargados de las mismas obtuvieron pruebas para relacionar con lo ocurrido a D. M. B. S., un vecino de La Atalaya de Santa Brígida de 18 años, no sólo con este robo sino también en otras acciones similares en viviendas y negocios de la zona.

El Instituto Armado le atribuye un total de 12 robos desde el mes de diciembre del año pasado. Todos ellos se cometían en horario matinal en un área próxima a su residencia y, según el comunicado, tenían en común el mismo modus operandi: forzamiento de cerraduras en las puertas o ventanas para así acceder al interior y llevarse siempre dinero en efectivo, joyas u objetos de valor que eran fácil de transportar en los casos ocurridos en vivienda, mientras que cuando actuaba en comercios y restaurantes también se hacía con tabaco.

El Instituto Armado recopiló grabaciones de vídeo de cámaras de seguridad, manifestaciones de testigos y otros indicios para relacionar a D. M. B. S. con los robos mencionados. El pasado 18 de noviembre, el joven trató de darse a la fuga en el momento que los agentes iban a proceder a su detención. Los guardias civiles consiguieron interceptarlo poco después en las inmediaciones de una vivienda que solía frecuentar. Asimismo, este vecino de La Atalaya contaba con un señalamiento judicial para su detención por incumplimiento de una sentencia de un juzgado de la capital grancanaria.

Las fuentes consultadas precisaron que D. M. B. S. es conocido tanto por agentes de la Guardia Civil como de la Policía Local de Santa Brígida debido a los robos que cometía cuando aún era menor de edad, siendo ya interceptado en varias ocasiones. El apresado, junto con el resto de detenidos, ya ha quedado a disposición del juzgado de guardia.